La Cámara Federal de
Apelaciones de Buenos Aires anuló en la mañana del pasado viernes, antes de la
sesión vespertina de la vista oral contra las tres primeras Juntas Militares,
el sobreseimiento militar del juicio seguido contra el teniente de navío
Alfredo Ignacio Astiz por el secuestro y desaparición de la ciudadana
argentina-sueca Dagmar Hagelin.
El teniente Astiz ha
adquirido triste renombre mundial. Integrante de uno de los grupos de tarea de la Escuela de Mecánica de la
Armada, se infiltró bajo los seudónimos de El ángel
rubio o Gustavo Niño entre
las Madres de Plaza de Mayo, y participó supuestamente en la desaparición de
una de ellas y de dos monjas francesas, todas tenidas por asesinadas.
Igualmente, fue identificado como el oficial naval que detuvo, hiriéndola por
la espalda de un disparo en la cabeza, a la muchacha de origen sueco Dagmar
Hagelin, de 17 años, malamente apresada en un operativo equivocado montado en los alrededores
de su domicilio y destinado a la captura de otra persona.Astiz y sus hombres
metieron a Dagmar, malherida, en el portamaletas de un taxi detenido a punta de
pistola y la trasladaron a la Escuela de Mecánica de la Armada. Posteriormente,
ingresados en centros clandestinos de detención admitieron haber visto a la
muchacha en un reducto de la Armada en Mar del Plata, víctima de serios
problemas neurológicos. Nada se ha vuelto a saber de ella pese a las presiones
del Gobierno sueco.
Astiz, alcanzó también
notoriedad al haber comandando, en calidad de capitán de navío, un grupo de
infantería de Marina -Los
Lagartos- que ocupó las Georgias del Sur durante la guerra de las
Malvinas. Se rindió a las tropas británicas sin disparar un tiro ni sufrir
bajas, y por ello se encuentra encausado ante el Consejo Supremo de las Fuerzas
Armadas. Preso en Gran Bretaña, fue devuelto a Argentina pese a haber sido
reclamado por la justicia francesa. La justicia militar reclamó para sí el caso
y en marzo del presente año, tras tres meses de prisión militar preventiva,
decretó el sobreseimiento de la causa. Ahora una instancia superior civil -la
Cámara de Apelaciones- ha decidido anular el sobreseimiento.
Astiz compareció de uniforme
de gala y con un pie enyesado a la Cámara, en la primera comparecencia pública
de un oficial de las Fuerzas Armadas argentinas a una vista oral (los nueve
triunviros aún no han compar ecido ante sus propios juicios). La importancia de
su procesamiento reside en que su figura ha sido convertida en símbolo por
parte de la Armada.
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