Raúl Guglielminetti, nazi
confeso, delincuente común habitual, integrante de la Alianza Anticomunista
Argentina (Triple A), ex miembro de los servicios de seguridad del Estado
argentino y actualmente prófugo, perdió el viernes el amparo judicial de la
extradición desde España por sus presuntas responsabilidades en el asesinato
del joven empresario argentino Enrique Naun, muerto de un tiro en el centro de
Buenos Aires.
Guglielminetti fue detenido
en la Costa del Sol española a petición de la Interpol por una ristra de cargos
que incluían el depósito clandestino de armas de guerra. La justicia española
otorgó su extradición para ser juzgado sólo por el asesinato de Naun, un
exitoso y dudoso empresario, especializado en zapatería, muerto en un
hipotético ajuste de cuentas por deudas impagadas.El bandido -su prontuario
policial revela cómo la seguridad militar del Estado argentino reclutaba sus
agentes entre los bajos fondos de la delincuencia- se vio beneficiado al
conceder España su extradición sólo por el supuesto delito en el que las
acusaciones en su contra eran más débiles. Un juez federal se vio obligado en conciencia
a decretar su libertad condicional sin fianza a su llegada a Argentina.
Guglielminetti, en libertad
provisional, realizó incontables declaraciones chulescas y provocadoras hacia
la justicia argentina antes de desaparecer. Ahora se le busca por su supuesta
responsabilidad en el secuestro del periodista Guillermo Patricio Kelly, y la
Cámara Federal de Apelaciones -la misma que juzgó a los triunviros de la
dictadura militar ha decidido que Guglielminetti renunció al amparo judicial de
la extradición y declaró fehacientemente aceptar el reclamo de la jurisdicción
argentina por otras causas distintas a la de Naun. Por ello se le ha declarado a disposición plena de la justicia argentina.
Ahora el problema es
encontrarle. Sus últimas pistas se pierden en un balneario uruguayo donde
estuvo supuestamente hace un mes con su familia. Sea como fuere, argentinos y
españoles aparecen claramente burlados en lo que aquí ya abiertamente se
califica como un papelón.
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