5/8/13

“¿…Y QUE TE PARECE SI LOS MATAMOS?” (5-8-2013)

Estábamos los dos solos en una habitación del hotel”Ercilla” de Bilbao durante la campaña electoral de finales de 1982 cuando Felipe Gonzalez me pidió apagar el magnetófono de bolsillo y me hizo la pregunta del millón de dólares: “¿ a ti que te parece si empezamos a matar a estos?”. Estábamos picando unos comistrajos en platos sobre los culos de una sillas para no obligar al servicio a que pusiera una mesa de respeto y en mi embarazo atraganté un taco de jamón antes de introducirme en un jardín teórico sobre los asesinatos de miembros del IRA (Ejército Republicano Irlandés) a manos del Servicio Aéreo Especial británico (los comandos SAS creados por Churchill durante la IIGM) y los “Barbouzes”  de la mafia de Marsella asesinando a los militares franceses en rebeldía agrupados en la O.A.S (Organización del Ejercito Secreto ), liderado por la opiómano general Raoul Salam, alias “El chino, y que tenían casi por único objetivo matar al general De Gaulle, Presidente de la republica. Felipe escucho en silencio, yo salí de mi floresta, prendí  la grabadora y abandonamos con alivio el tema de ETA.

Leopolo Calvo Sotelo fue el presidente más intelectual que hemos tenido y se relajaba tocando el piano   o identificando en láminas vasos etruscos. Comprendió con sentido de Estado que comenzando con una asonada y con su partido (UCD) dividido irremediablemente  iba a perder estrepitosamente. La mayoría de los españoles quería un cambio y un Gobierno socialista. Felipe era un fenómeno sociológico: joven, atractivo, de verbo fácil, mesurado, optimista, integrador, un acabado producto de mercadotécnica. Cubrí su campaña en calidad de turiferario y en una rápida recalada en Madrid mi editor Jesús de Polanco entró en mi despacho para espetarme: “¿No estás halagando demasiado a Felipe?” No puede contestar porque se diòla duplica: “tu sigue así que este va a gobernar y tenemos que tenerle contento”. Y dio un portazo dejándome con la palabra en la boca. Según el imaginario socialista quedo desligitimado en su primera legislatura prometiendo en su programa electoral la creación de ochocientos mil puestos de trabajo y acabando con la misma cifra pero de desempleados. Todos entendimos que la coyuntura no era favorable. Le reconversión naval costó un muerto por que la guardia civil tuvo que abrir fuego real, pero se recrimino a los que se oponían a la modernización industrial. Tengo un gran paréntesis porque me fui a vivir a América por años  y no existiendo Internet tenia de España chispazos inconexos. Cuando volví no reconocía a mis amigos socialistas de pana y trenka vestidos con marcas italianas e inglesas. Me decían con cinismo: “No vamos a tomar el Palacio de Inverno; es más: ni siquiera queremos alquilarlo”. El desembarrancamiento socialista en la corrupción no se dio en su declive sino que comenzó en cuanto entraron en las habitaciones del poder. Al margen de las autosatisfacciones de Barcelona y Sevilla y de un primer AVE que iba de ningún sitio a ninguna parte, España parecía el túnel de terror  de una mala atracción de feria. Según Rubalcaba Felipe tenía que haber dimitido por haberse equivocado con los responsables de Interior, la guardia civil, el Banco de España, el BOE y hasta la Cuz Roja, pasando por el saqueo de los fondos reservados. El fallecido general Manglano tuvo que dimitir de los servicios de inteligencia porque a nuestro modesto nivel se había adelantado a Obama en eso de espiar a todo el mundo, Rey incluido, y para saber quién era Mario Conde el Vicepresidente Narcís Serra  encargaba un costoso informe a la prestigiosa agencia estadounidense “Crillòn”. Al margen de Luis Roldan y su cuento de la lechera, Felipe tenía tan mala selección de personal que nombró ministro de Agricultura a un fulano que no tenía contabilidad en A o en B sino que no pagaba sus impuestos y tuvo la elegancia de desaparecer.

La macabra chapuza de los grupos Antiterroristas de Liberación se saldó con 26 asesinatos, entre ellos el de García  Goena que era un pacifico objetor de conciencia. Al biministro Juan Alberto Belloch  (justicia e interior) le torcieron el brazo para que ascendiera a general a Rodríguez Galindo, sabiendo que caería en el sumario de Lasa y Zavala (dos críos abertzales) enterrados en cal viva. Belloch ya estaba acostumbrado al teatro tras la entrega de Roldan en un Laos imaginario por un capitán Khan de guardarropía. Aquellos Gobiernos felipistas que nunca sufrieron la amenaza “Full” de una moción de censura, nos trataron como a niños de guardaría. La pregunta de Felipe en Bilbao fue contestada afirmativamente con aquellos Gal organizados por Mortadelo y Filemon, reclutando sicarios de ultraderecha en Portugal y Francia y frecuentando casinos y mancebías pagando con tarjetas de crédito. José Barrionuevo es un anti-Bárcenas y ahí está la fotografía de La Razón con Felipe y Rubalcaba aporreando el portón de la cárcel para dar ánimos a su silencio. Barrionuevo escribió un libro justificativo y pidió prólogo a González.  Como el texto no llegaba hicieron la tirada y en el último minuto incluyeron el aval del jefe como sepárate de usar y tirar. Además Barrionuevo se equivoco con las fechas autoincriminandose en el secuestro de segundo Marey.

Napoleón, rodeado por sus edecanes, avanzaba por una galería de las Tullerais y vio venir a Tayllerand ayudado por Fouché. Comentó: “ahí vienen el crimen apoyado en el vicio”. A Pérez Rubalcaba le encantarían ambos papeles y dado su empeño es una burla del destino que se la haya escapado   definitivamente la presidencia del gobierno español. Mueve a ternura cuando afirma no haber enviando nunca un sms a un delincuente. Y cuando no había SMS ¿Qué hacia? : ¿Comunicarse con tan-tan con todos los sumariados que ha tenido que frecuentar? Aunque el PSEO es el único partido condenado en sentencia firme por financiación ilegal, aduce el perillán que el PP lleva 20 años ganando espúreamente elecciones con dineros  mal habidos. Ya quisiera el PP levar 20 años de triunfo en triunfo, y, en cualquier caso, como sabe el PSOE, la elecciones en España no se ganan con dinero.  Los socialistas han aportado a la ciencia política el paradigma de que sus responsabilidades políticas se extinguen al perder las elecciones, mientras los demás son responsables de que se desconche un Ministro. Por eso Rubalcaba no tiene responsabilidad política de que sus policías permitieran la huida de la pata extorsiva de la araña etarra. El sectarismo casado con el fariseísmo.

Especialmente durante su segunda legislatura mayoritaria, la opinión publica, extrapartidarios y dirigentes del PP pidieron a José María Aznar que desclasificará los llamados “Papeles del CESID” que certificaban inasumibles acciones del PSOE. Lo que decía Felipe de defender al Estado en las cloacas. Aznar se negó en redondo a tal proceder y por ello le demonizan porque te odiaré todo lo que te debo. Mariano Rajoy también se ha negado al “mas eres tú” y no sé si acierta, porque el PSOE se niega a su catarsis, habrá que hacérsela.   

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