20/10/13

NEBLINA SOCIALISTA (20-10-2013)

Manolete toreaba por primera vez en México tras nuestra guerra civil y mediado el paseíllo en aquella Monumental advirtió que junto a la azteca ondeaba la bandera tricolor de la II República. Advirtió al alguacilillo que no toreaba si no se izaba el pabellón rojigualda de Carlos III y, corrida la decisión por las andanadas, rugió la masa enfurecida temiéndose que se saltara al ruedo para linchar  al diestro. México nunca mantuvo relaciones diplomáticas con la España franquista y reconocía y albergaba al Gobierno de la II República en el exilio. En l.939 el Presidente, general Lázaro Cárdenas, volcó al país en apoyo de los expatriados  políticos españoles. Con el festejo paralizado y como un circo romano, tras muchos cabildeos, idas y venidas y para evitar males mayores, se encontró no se sabe donde una bicolor para sustituir a la que luce el  de los comuneros. En un silencio hostil ,Manolete lidió su toro con tal entrega y maestría que la plaza se deshizo en entusiásmo olvidándose de lo              que pudieran representar las banderas en liza. Estaba presente el jefe  socíalísta Indalecio Prieto quien comentó a su acompañante: “Este franquista es el único que no ha hecho aquí el ridículo desde Hernán Cortés”.

Indalecio Prieto, Don Inda, fue tipógrafo, periodista, autodidácta y un socialdemócrata con muchas contradicciones y vaivenes en un PSOE revolucionario que siempre le tuvo por moderado. Apoyó la sublevación en Asturias y Barcelona contra la legalidad republicana (no fueron los militares los primeros en alzarse en armas) y luego, en guerra, se las tuvo con el Primer Ministro filocomunísta Juan Negrín,  gran fisiólogo. Ministro de Hacienda, Fomento, Marina y Aire y Defensa, inició los madrileños Nuevos Ministerios y rajó en dos una cordillera de piedra para dar una carretera directa al Monasterio de Silos cuyos monjes benedictinos le recuerdan pese a no haberle conocido. Tambien fletó el yate “Vita” trasladando a México el saqueo de las cajas fuertes republicanas cuyo reparto nunca fue auditado por nadie. En una ocasión los masones quisieron cooptarle y le organizaron una tenida con mandiles, cartabones y compases, el ojo pestañeantemente abierto, las paredes enteladas en negro y la calavera de la meditación. “¿Qué le ha parecido, Don Inda?”. El gran ateo contestó: “La verdad, prefiero la misa”. Prieto no es referente del actual PSOE, pero Nicolás Redondo,  hijo, acaba de recordar muy a propósito una de sus frases lapidarias¨: “Primero soy español, y después socialista”. Eso para la dirección socialista y sus hermanos separados catalanes, es indecible. Como estiman barones socialistas extremeños un español (y catalán) del PSOE no tiene partido propio al que votar en Cataluña, mientras un Rubalcaba bizantino calcula cuantos ángeles caben en la punta de un alfiler. Se reprocha al Gobierno que no da puñetazos en la mesa, ni rompe la vajilla, ni declara el Estado de Excepción como el ínclito Pepiño Blanco ante una huelga de controladores, pero tranquilidad viene de tranca y  el Presidente Rajoy dispone desde hace tiempo de un sucedáneo de gabinete de crisis para responder legalmente a una declaración unilateral de independencia, insumisión contra la Constitución aprobada mayoritariamente por los catalanes en l.978. Eso no es ahora una amenaza: es una redundancia porque ya lo hicieron el siglo pasado los radicales contra la legalidad republicana. En Buenos Aires soporté tres días de tremenda sudestada como la que relató Manuel Múgica Laínez en su cuento “El día en que los vientos se llevaron el Río de la Plata y lo sepultaron en el mar”. Aplacadas las furias me desperté sobresaltado: era el silencio que sí puede ser estruendoso. Pero quien calla con melífluas palabras y cursilerías de damisela como la doble alma del socialismo catalán´, esperando sentados una rasgadura en Cataluña, es la dirigencia del PSOE. Se es el primer partido de la Oposición no solo para prometer revocar todas las leyes sino también para defender las reglas del juego político.

EL PSOE es  el único partido que se apellida “español”,si exceptuamos a los ultraderechistas, y de él tuvo que salir el concepto de que la nación es algo discutido y discutible. Cada ratón se quiere comer la tabla de quesos que se dibujó en la transición para dar en un Estado Federal al que llamamos autonómico. Aquellos temores traen estos espantos. Si la gran fuerza política que es el PSOE se sumara al PP para repetir con Indalecio Prieto que antes que otra cosa son españoles, ni Artur Más tendría fuelle, ni Oriol Junquera arrestos.¿    Podremos imaginar a la UGT llamando a la huelga general por la unidad constitucional de España?

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