Guerrilleros de Sendero Luminoso volaron con
dinamita el jueves por la noche una central eléctrica cerca de Ayacucho,
sumiendo en tinieblas la ciudad y provocando el pánico de sus habitantes. La
víspera habían destruído tres torres de alta tensión. La población se recluyó
en sus casas y el comercio cerró sus puertas (el toque de queda es a las diez
de la noche), mientras se escuchaban explosiones y tiroteos en las proximidades
de los cuarteles.
No se han
comunicado listas de bajas. Los ayacuchanos temieron una reedición del asalto
del pasado 27 de mayo, en que la Guardia Civil replicó disparando a discreción
por las calles y originando un indeterminado número de muertos y heridos.
Ayacucho bajo la intervención político-militar del general Noel, nunca facilita
datos fiables, aunque ayer el Ejército hizo pública la lista de bajas semanal:
41 campesinos muertos en el departamento "a causa de enfrentamientos"
entre el 1 y el 8 de junio. Ni un solo herido, ninguna baja entre las fuer zas
de la Benemérita.Poco han podido hacer en su visita a la ciudad los familiares
de los periodistas asesinados en Huchuracay; al menos el juez instructor,
presionado por el procurador general de la República, abrió el sumario para los
deudos y sus abogados. El general Noel se negó a recibir a los familiares y
sólo conversó con lo parlamentarios que les acompañaban; a éstos les denegó
también la visita a los 20 escolares presos en cuarteles como presuntos
senderistas.
El
presidente de la Corte Superior de Ayacucho ha declarad que la justicia es
impotente par esclarecer el crimen y que ha remitido 26 oficios al gobernado
Noel para que detenga a 12 campesinos supuestamente autores de la matanza y que
no ha recibido contestación a ninguno. El general Noel insiste en que él es un
jefe operativo militar y que para nada depende de la justicia civil.
Los
sichis (los que todo lo pueden, en quechua, contraguerrilleros de la
Guardia Civil) arriban a los poblados en helicóptero. A algunos campesinos
logran convencerles de que lo que llega por el aire es bueno (ellos) y que lo
que llega a pie (senderistas) es malo y hay que destruirlo. Así las cosas, y en
el aislamiento precolombino del Altiplano, el martirio de los periodistas
peruanos estaba sellado.
En Lima ha
sido detenida una condiscípula de la desaparecida dirigente senderista Edith
Lagos como supuesta responsable del ataque de Sendero a la ciudad a finales de
mayo. No se ha facilitado su nombre y sólo su edad (35 años), su condición
universitaria y mestiza y que entre lo poco que ha declarado admite que Abimael
Guzmán -el Mao peruano- está vivo.
Todos en
Perú, en rara mescolanza, se frotan las manos viendo cómo se destruye el
Gobierno de Belaúnde Terry: apristas, la izquierda unida, los senderistas y los
militares.
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