Un torrente de declaraciones indignadas es la
réplica de políticos y militares peruanos a los rumores de un próximo golpe de
Estado, difundidos principalmente por diarios y agencias francesas, y de los
que se han hecho amplio eco los medios de difusión limeños. El presidente
Fernando Belaúnde Terry insistió el pasado domingo eA que la democracia peruana
es sólida y que su identidad con,el pueblo se mantiene vigorosa y creciente.
Belaúnde
criticó duraitente el presunto sensacionalismo de la Prensa extranjera que
augura otro golpe militar, afirmando que se sirven así los intereses de la
guerrilla de extrema izquierda.
Fue también
muy severo con las fundaciones europeas (francesas, holandesas y belgas) que
realizan en el país estudios sociológicos sobre esta fascinante población
indía, a las que acusó de colaborar indirectamente con los insurgentes de
Sendero Luminoso, "pagando propinas a intelectualoides".
Por su
parte, el general Briceño, comandante general del Ejército y presidente del
comando conjunto de las fuerzas armadas, desmíntió la posibilidad de otro
cuartelazo, calificando de óptimas las relaciones actuales entre los militares
y el Gobierno.
Sin
embargo, ayer los informativos de los canales de televisión de Lima leían
extensos resúmenes de un admonitorio editoríal del periódico The New
York Times, en el que se advierte que los actuales problemas del
Gobierno peruano pueden en breve ser los problemas del Gobierno estadounidense,
y en el que se censura el aislamiento en que ha dejado la Administración,
Reagan a las frágües democracias andinas de Perú y Bolivia.
Datos
preocupantes
Pero las
declaraciones de los políticos o las encuestas de opinión favorables a la
democracia no alcanzan a ocultar la debilidad del sistema y la existencia de
condiciones objetivas para una nueva intervención militar.
Existen
11.000 millones de dólares de deuda exterior, una inflación del 100% estimada
para el presente año, 50% de desempleo entre la población activa y extensíón de
la guerrilla Sendero Luminoso desde su origen, en Ayacucho, a los departamentos
de Apurimac y Huancavélica, y a la propia ciudad de Lima.
Por lo
demás, se habilitan en la capital peruana centros para recoger y recuperar a
los guerrilleros de Sendero Luminoso menores de edad y capturados con vida, y
en Ayacucho la barbarie policial ya hace dudar a sus habitantes sobre cuál es
su peor flagelo, si los senderistas o los guardias.
Ayer,
guardias civiles y republicanos se enfrentaron a tiros en la castigada ciudad,
a la salida de una taberna, con el saldo de dos heridos graves.
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