15/5/85

Las juntas argentinas decidieron la lucha ilegal contra la subversión, según Lanusse (15-5-1985)

El teniente general Alejandro Lanusse, ex presidente de la República Argentina (1971-1973), presentó el lunes un decisivo testimonio en el juicio seguido en Buenos Aires contra sus camaradas de armas. Afirmó que las juntas militares que gobernaban el país tenían conocimiento de lo que hacía cada fuerza por separado y que fue decisión de las juntas combatir la subversión al margen de la legalidad vigente.

Lanusse, a petición de la Cámara Federal de Apelaciones, relató una anécdota de segunda mano pero de la que afirma tener cono cimiento de su veracidad, referida a la desaparición de la diplomática Elena Holmberg. La funcionaria, destinada en la Embajada argentina en París, advirtió las actividades de inteligencia de la Marina en Europa desde su oficina en la capital francesa (intoxicación de la opinión pública infiltración entre los refugiados, etc). Regresó a Buenos Aires para explicar verbalmente sus descubrimientos a la cancillería y desapareció. Creyendo que su cadáver había sido, encontrado en El Tigre en las aguas de la desembocadura del Paraná, al noroeste de la capital, su hermano Enrique Holmberg y el general Suárez-Mason, entonces comandante del primer cuerpo de Ejército y ahora prófugo de la justicia, acudieron a visitar al jefe de la poli cía federal de la zona. Suárez Mason recriminó al policía no haber dado cuenta de la aparición del cadáver que podía haber sido el de la diplomática. "No se olvide general", respondió el policía, "que ya son más de 8.000 los cadáveres que ustedes han arrojado al río". Lanusse, de civil, enérgico, molesto y hasta enfadado, testificó esencialmente sobre la desaparición del periodista Edgardo Sajón, que fue su secretario de Prensa. Sus camaradas jamás perdonaron a Lanusse que fuera el artífice de la restauración democrática de 1973, que dio el triunfo a Héctor Cámpora y posteriormente a Juan Domingo Perón, e intentaron salpicar al ex presidente relacionando a- su ex jefe de Prensa con una delirante conspiración judeomarxista, en la que también entraba el banquero Graiver, el dinero negro de los montoneros y Jacobo Timerman, director y copropietario de La 9pinión. Todos los supuesto implicados en aquel montaje del general Camps salvaron la vida excepción hecha de Sajón. Lanusse realizó intensas gestiones al máximo nivel para salvar a su amigo y colaborador y se ocupó de detener el asesinato generalizado, por lo que sufrió distintos arrestos. En una de sus entrevistas, el almirante Emilio Massera le reconoció que Sajón había desaparecido en una operación por la izquierda realizada por el Ejército y con la autorización de la junta militar.

El teniente general Lanusse se irritó cuando le pidieron explicara lo que era un procedimiento por la izquierda, aduciendo, con razón, que era de dominio público que las juntas militares decidieron combatir la subversión por procedimientos a contramano, ilegales, clandestinos; sin participación de la justicia; "¡nadie puede ignorarlo!7, afirmó.

La acumulación de testimonios adversos hace mella entre las defensas de los nueve triunviros. El frente único que hasta ahora presentaban comienza a desmoronarse y ya muchos de ellos, por ejemplo, muestran su disgusto con la actuación del letrado Orgueira, defensor del ex presidente general Viola, jefe de la segunda junta. En sus repreguntas insiste en inquirir si tal o cual víctima fue "bien o mal secuestrada". El fiscal Julio César Strasiera estalló: "Claro, para determinar que a los montoneros se les puede torturar...".

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