11/4/10

EL COCHECITO ATÓMICO (11-4-2010)

“Vamos a olvidar el mañana/ Vamos a olvidar el mañana/ Vamos a olvidar el mañana porque el mañana nunca llega/  Domani,  olvidar  domani /Vamos a vivir el momento y en cualquier caso ¿ para que necesitamos domani?/La luz de la luna, compartamos la luz de la luna/Tal vez juntos, nunca volverá a ser igual” (“Domani Forget”. Frank Sinatra)
    
Ya es irrelevante que como otra medida contra la crisis el Gobierno  arme  un plan de 590 millones de euros para desarrollar el cochecito eléctrico que enchufaremos en las gasolineras y en las paredes. También  podremos comprarnos un cabo muy largo, sacarlo por la ventana del séptimo piso y darle energía al trasto desde la cocina. Creo que estas cosas son  del ministro de Industria Miguel Sebastian, amigo muy escuchado por el presidente Zapatero. No me cae mal, ni dudo de su ciencia, pero es más cachondo que simpático. Ora propone quitarse la corbata para ahorrar energía, ora promete regalar bombillas de bajo consumo que ni había ni han llegado. Me reconcilié con él cuando se marchó a Alemania a defender personalmente los puestos de trabajo de nuestra industria automotriz, pero a la postre no logró nada, aunque eso es lo que tiene que intentar un ministro. Decía Ortega y Gasset que los españoles no sabemos lo que nos pasa, y,  eso es lo que nos pasa. Si no fuera por la inquina socialista a la energía nuclear ya estaríamos pensando en el cochecito atómico.

El cochecito eléctrico es prácticamente un prototipo y cuando pueda usarse masivamente la crisis actual será un mal sueño. Además, es muy poco socialista porque es carísimo y el día de mañana será adquirido por los pudientes y no los parados. Servirá de transporte cómodo y urbano para que callejeen  las niñas ricas buscando ropa de marca. El cochecito leré no dará trabajo mientras vivamos en el núcleo duro de la crisis y parece una metáfora de Berlanga sobre la surrealista economía española, lo que no es de extrañar siendo como somos   los inventores del chupa-chus  y la fregona. Aunque encontremos donde enchufarlo o le enganchemos  un semoviente delante no aliviaremos  nuestra dependencia del gas argelino.

La melancolía de Frank Sinatra:” el mañana nunca llega”. Cuando nos desesperemos buscando un enchufe ya nos habremos muerto.

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