Los medios de comunicación somos
siervos de las
noticias con tintes
espectaculares y cinematográficos porque
no vamos a abrir
los telediarios con el parte
meteorológico a menos
que se origen tifones
en el anticiclón de
las Azores. Cuando
se enfríe el
tsunami mediático advertiremos
que Osama Ben
Laden no fue
Saladino sino algo más
parecido, hasta en
la iconografía, a
las historietas de
Fú-Man-Chú, maquinando en
una cueva rodeada
de esclavas chinas,
o al doctor
Moriarty, epítome del
mal en la
pluma de Sir Arthur
Connan Doyle, y
que tuvo una
réplica real perseguida
mundialmente por la
Agencia Pikerton. Pese
a las matanzas
que propició Ben Ladenn,
no fue un profeta
de la destrucción
ni el mayor
terrorista de la
Historia como estamos
diciendo. Peor que
las Torres Gemelas
fue la destrucción
de Dresde en 1945,
a pocos días
de la rendición alemana,
plaza de refugiados
sin ningún interés militar, sometida
a una tormenta
de fuego día y
noche por la
Royal Air Force (
RAF ) en
un experimento de desmoralización civil
no justificado por la guerra. Éste
rico rastacueros mental
nunca superó los horrores
del pasado Siglo
XX.
Ben Laden
fue un hijo
de los estertores
de la guerra
fría y una
marioneta descontrolada de
la CIA. Cuando
en Diciembre de 1979 los
rusos entraron en
Kabul derrocando al ex
-dictador Hafizullah Amin; los
servicios secretos americanos
comenzaron a buscar armamento
para los talibanes
en una operación
infernal a varias
bandas. El mayor
alijo de Kalasnikhov lo
tiene Israel por
su decomiso a
los derrotados ejércitos
árabes. Insólitamente los
subfusiles y la
munición los pagó
Arabia Saudita, y
EEUU organizó la
logística para pasar
el armamento a Afganistán
a través de Pakistán,
siempre más cerca
del islamismo que
del sovietismo. Luego la
Agencia quién introdujo
cohetes antiaéreos de
usar y tirar acabando
con la impunidad de
los helicópteros rusos.
En ésa guerra
Ben Laden, cooperador
de Washington, se erige
en líder local
de unas brigadas
internacionales islamistas, protegidos
por el Muláh Omar,
jefe de los pastunes-talibanes en
armas, tuerto por
un casco de
metralla: se arrancó
el colgajo ocular,
restregándolo contra un muro,
pingajo podrido al
que acuden sus
fieles en oración.
Los fundamentalistas de
toda condición nunca
tuvieron un buen
cociente intelectual y
Ben Laden sólo
ha resucitado una
guerra universal contra
los cruzados de
occidente dándose a un buen uso de
la publicidad con
sus videos abracadabrantes. Su
mayor hazaña empleando
aviones comerciales como
misiles necesitó muy
pocos hombres y mucho
menos dinero. Simplemente
la seguridad aérea estadounidense y
occidental estaban con la guardia
baja y no se tenía
previsto un ataque
de ésta audacia. Osama
Ben Laden era
un arabesco lateral
en la actual
agitación del mundo
musulmán y le han
cazado como a un
conejo en un
galpón tal una
chabola pretenciosa al amparo de un
sector de la
inteligencia pakistaní,
siempre jugando a
dos bandas. Pese
a sus crímenes
no se le
recordará, ni en la
imaginería popular islamista porque vivió en la
Edad Media y no sabía
escribir la Historia. Cuando
el soufflé de las
noticias morbosas baje
sólo será otro precio en
el Mar Arábigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario