La luna de miel entre los integrantes de la
Multipartidaria argentina, amenaza con acabar antes de tiempo, para mayor
satisfacción de la Junta Militar. Raúl Alfonsín, precandidato radical, y
Lorenzo de Miguel, líder de los sindicatos peronistas, se han tirado los
trastos a la cabeza en el mismo aeropuerto de Ezeiza, nada más regresar al
país, el uno de Madrid y el otro de Pekín.
La disputa
tiene su origen en las denuncias de Alfonsín sobre la existencia de un pacto
entre militares y sindicalistas. De Miguel, a su llegada, desmintió
categóricamente tales imputaciones: "Alfonsín es un mentiroso o debe de
estar viviendo en otro mundo. Yo no creía que hubiera políticos mentirosos en
el país, pero si hoy miente, antes de la campaña electoral, no sé lo que va a
hacer en el futuro. Han visto los radicales que la afiliación al Justicialismo
es intensa, que tenemos tres millones de afiliados, y se ven perdedores".Alfonsín
declaró a su regreso su satisfacción por el viaje a España. "Para
Argentina fue emocionante", dijo, "cómo se aplaudió en el congreso de
defensa de la democracia la resolución sobre las Malvinas, favorable a
Argentina, y tiene gran importancia que la haya firmado Gabriel Valdés,
presidente de la Democracia Cristiana chilena".
Sobre su
gresca con los sindicatos peronistas declaró que "no puede haber una
democracia si no hay un sindicalismo fuerte, pero tampoco puede haber
democracia sin un sindicalismo absolutamente democrático. A mí no me interesa
demasiado quién gane las elecciones, me interesa la democracia. El día de la
elección tiene que ser un día de alegría para todos los argentinos, porque
significará la recuperación de nuestros derechos y libertades, y yo voy a
defender la democracia aunque se me insulte y aunque sea mal
interpretado".
La realidad
es que muchos sectores peronistas estiman que su presencia en la
Multipartidaria ha desdibujado el potencial real del Justicialismo y lo ha
convertido en un furgón de cola del radicalismo. Estos sectores verían con
buenos ojos la retirada peronista del pentágono político que hasta ahora forman
con los radicales, los desarrollistas, los intransigentes y los democristianos.
No
obstante, es improbable la ruptura de una Multipartidaria que tendrá que rendir
sus mejores frutos, precisamente, tras las elecciones, dando estabilidad a los
primeros pasos de la futura y frágil democracia argentina, y que está siendo
bandera en todo el cono sur para la creación de plataformas similares en la
lucha contra las dictaduras castrenses.
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