El canciller Aguirre Lanari informó ayer a las
misiones extranjeras acreditadas en Buenos Aires que Argentina se ha
incorporado al club de países que producen uranio enriquecido:
Estados Unidos, URSS, China, República Federal de Alemania, Holanda, Gran
Bretaña y Francia. El presidente electo, Raúl Alfonsín, informó asimismo de la
adquisición de tecnología nuclear propia y emitió un comunicado afirmando que
su Gobierno mantendrá un estrecho control sobre el desarrollo nuclear del país
y que lo limitará estrictamente a usos pacíficos.El presidente de la Comisión
Nacional de Anergía Atómica, vicealmirante Castro Madero, dio algunos detalles
a la Prensa, como que el uranio enriquecido se está obteniendo por el sistema
de difusión gaseosa, con tecnología exclusivamente argentina y en la planta
hasta ahora secreta de Pilcaniden, en la provincia austral de Río Negro.
Castro
Madero también enfatizó que el uranio enriquecido será destinado a usos
pacíficos pero descartó que Argentina suscriba el tratado de no proliferación
nuclear por considerarlo discriminatorio para las naciones que hasta una cierta
fecha no pudieron fabricar armamento nuclear. "La política de las grandes
potencias", dijo, "de no proveer tecnología a los países en
desarrollo ha fracasado". La decisión argentina fue tomada en 1978 cuando
EE UU suspendió el envío del material por las violaciones de los derechos
humanos por parte de la Junta Militar.
Arce Gómez, en libertad
Por otra parte, el ex
ministro del Interior boliviano, coronel Luis Arce Gómez, acusado de crímines
contra la humanidad en su país, durante la dictadura de García Meza y reclamado
por la justicia estadounidense por su vinculación al tráfico internacional de
narcóticos, fue puesto el viernes en libertad por un juez federal argentino.
Arce Gómez, refugiado en Argentina, estaba en prisión hasta que se resolviera
la petición estadounidense de extradicion. El juez Nicasio Dibur, uno de los
magistrados más comprometidos con la Junta Militar, ordenó sorprendentemente su
puesta en libertad con la sola condición de que fijara una residencia en la
ciudad de Buenos Aires. El coronel Arce Gómez, una vez en la calle, ha
desaparecido
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