22/6/84

La extradición de Firmenich a Argentina, condicionada a que la pena no supere 30 años (22-6-1984)

El Tribunal Supremo Federal de Brasil ha concedido a Argentina la extradición de Mario Eduardo Firmenich, máximo dirigente de la organización armada peronista Montoneros, detenido hace cuatro meses en aquel país. Estaba reclamado por el Juzgado Federal número 5 de Buenos Aires y había sido ordenado su procesamiento por el propio Gobierno democrático, al tenérsele por presuntamente responsable de la organización de bandas armadas que coadyuvaron a la desolación del país mediante secuestros, extorsiones y asesinatos.

El alto tribunal brasileño condiciona la extradición a que Firmenich no sea condenado a más de 30 años, pena máxima brasileña en tiempos de paz, y las autoridades argentinas tienen un plazo de 60 días para reclamar al prisionero.La justicia argentina le reclamó por seis presuntos delitos. La máxima corte brasileña -por siete votos contra tres- ha otorgado la extradición por tres de ellos: los asesinatos del empresario Agustín Soldatti y su guardaespaldas, en 1979; el intento de asesinato, también en 1979, del entonces secretario de Hacienda, Juan Alemán, y por el intento de secuestro de los empresarios hermanos Jorge y Juan Born, en 1975, en el que murieron dos de sus guardaespaldas. La corte brasileña rechazó imputaciones sobre asociación ilícita, posesión de armas y de documentación falsa, por considerarlos delitos de carácter político.

Firmenich, de 41 años, padre de dos hijos, de extracción ultraderechista y ultracatólica, se erigió en jefe de la izquierda revolucionaria peronista y líder del movimiento Montoneros, facilitando con su lucha armada el regreso de Perón. Éste terminó expulsándolos de la plaza de Mayo, acusándoles públicamente de practicar el infantilismo revolucionario, dándose así comienzo a la guerra civil peronista entre los montos y la Triple A de José López Rega, que abocó en el golpe de Estado militar que derrocaría a la viuda de Perón.

Aunque la justicia argentina no le ha reclamado por esta causa, el crimen más abyecto que se imputa a Firmenich es el asesinato a sangre fría del teniente general Aramburu, ex presidente de la nación.
El Gobierno de Alfonsín decidió el procesamiento de los militares responsables de la guerra sucia contra la subversión, y como contrapeso ordenó el procesamiento de líderes guerrilleros. Acaso en la esperanza de que no aparecieran jamás.

Firmenich se presentó en Río de Janeiro con su documentacíón legal, y prácticamente se dejó detener. No así su segundo, Fernando Vaca Narvaja, aún en paradero desconocido.. Ambos publicaron en la Prensa porteña, poco después de las elecciones de noviembre, anuncios reconociendo su error histórico y político al patrocinar la lucha armada y admitiendo plenamente la nueva etapa democrática argentina.

Su extradición y el proceso judicial subsiguiente en Buenos Aires consolidan por la izquierda el proceso a los militares que secuestraron y arrasaron el poder político, pero para nada resultará Firmenich un preso cómodo.

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