23/4/87

Alfonsín prepara la nueva cupula militar que dirigirá el general Caridi (23-4-1987)

El país se encuentra en paz. Nadie da un adarme por la fidelidad del Ejército de Tierra a las instituciones democráticas. Y de la Armada y de su jefe de Estado Mayor, Ramón Arosa, sólo se espera que continúen guardando su espeso silencio. Sólo del brigadier Crespo y de su Fuerza Aérea cabe recabar algún centímetro de lealtad y seguridad institucional. El presidente, Raúl Alfonsín, y su ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, analizaron ayer la nueva conformación de la cúpula militar, dirigida por el general José Dante Caridi, ex jefe del V Cuerpo de Ejército, y el general Fausto González, segundo en la cadena de mando.

Caridi está reclamado por la justicia civil de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, por supuestos delitos contra los derechos humanos. González estaba comandando la primera brigada operativa de paracaidistas en el III Cuerpo de Ejército, en Córdoba, y, durante escasas horas, sustituyó al relevado general Fichera al mando de la primera agrupación de tropas del país. Son dos generales seguros para las instituciones republicanas democráticas.A las 18.40 de la tarde del martes, el coronel Enrique Rodríguez Coronel obtuvo la rendición del comandante Jorge Durán, que había sublevado en la mañana el regimiento de Ingenieros de Salta. Durán y sus rebeldes aducían que el presidente Alfonsín había traicionado supuestos pactos con el ex teniente coronel Aldo Rico, sublevado durante la Semana Santa en la Escuela de Infantería de Campo de Mayo, y que desconocía la autoridad de Caridi como nuevo jefe de Estado Mayor del Ejército. Fue desarmado, preso y pasado a tribunales militares sin mayores problemas.

La jornada deparó otros sustos: sublevaciones de regimientos en Tucumán, también al norte del país, y de unidades acantonadas en el propio Campo de Mayo, cuartel general del Ejército argentino y en los aledaños de la Capital Federal. Se trataba de sublevaciones secas que no explicitaron su rebeldía aunque el Gobierno tenía conocimiento de su actitud intelectual ante la democracia.

Pretensión de amnistía

El Ejército de Tierra argentino, en su totalidad, pretende una amnistía para sus jefes y para toda la oficialidad que ha pasado o está por pasar por los tribunales a causa de la guerra sucia contra la subversión de izquierdas, y no hay uniformado argentino dispuesto a empuñar las armas contra camaradas rebeldes.El mayor problema al margen de la sublevación de Salta se produjo en San Miguel de Tucumán, hacia la frontera boliviana, donde el Regimiento XIX de Infantería al mando del teniente coronel Ángel León reclamó el nombramiento del general Augusto Vidal como jefe del Estado Mayor del Ejército en lugar del designado general Caridi.

El comandante de la V Brigada de Infantería con asiento en Tucumán, el coronel Nestor Cassina, y su segundo el comandante Arturo Palmieri, han pedido y obtenido su pase a retiro por descontento con la actual política de Defensa.

El Estado Mayor del Ejército difundió ayer dos comunicados; por el primero se enumeraban ad nauseam las guarniciones quepermanecían leales al Gobierno; por el segundo se afirmaba que "han confirmado absoluta normalidad las guarniciones militares que la fuerza posee en todo el país. El Estado Mayor del Ejército pone en conocimiento de la población, ante versiones infundadas que originan confusión en la opinión pública, que han confirmado absoluta normalidad las guarniciones militares de la República".

No obstante, las noticias del martes sobre la lealtad de reductos militares en Bahía Blanca, en el sur atlántico de la Capital Federal y en la Escuela para Apoyo de Combate General Lemos, de Campo de Mayo, eran por lo menos preocupantes. Por otra parte, una poderosa bomba de trotyl pudo ser desactivada a tiempo en las puertas del domicilio cordobés del ex comandante Barreiro, actualmente en paradero desconocido.

El país se encuentra en absoluta normalidad, pero choqueado por el planteo militar. Madres y abuelas de la Plaza de Mayo han sondeado las embajadas de España, Francia., Suecia y Bélgica por la hipotética necesidad de solicitar refugio político, siendo en todos los casos favorablemente atentidas. Julio César Strassera y Moreno Ocampo, fiscal general y fiscal adjunto de la Cámara Federal de Apelaciones en lo Criminal y Correccional -los que enviaron a prisión a las tres primeras juntas militares- se encuentran en visita oficial en la República Dominicana y han recibido ofertas de asilo político.

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