16/4/87

Argentina llega a un acuerdo con la banca acreedora para refinanciar la deuda externa (16-4-1987)

Argentina alcanzó un acuerdo en la noche del pasado martes con la banca extranjera para renegociar su deuda externa, que asciende a unos 53.000 millones de dólares. Los detalles del compromiso serán expuestos la madrugada del miércoles al jueves, hora peninsular, por el ministro de Economía argentino, Juan Vital Sourrouille, y el secretario de Estado de Hacienda, Mario Brodersohn, aunque ya se sabe que la solución contempla una refinanciación a 19 años, de plazo, con siete de gracia, y una sobretasa igual a la mexicana.

La renegociación de la deuda con los bancos es considerada aquí como un rotundo éxito político. El ministro Sourrouille comunicó los detalles del acuerdo al presidente durante una cena el pasado lunes y Raúl Alfonsín brindó por ellos con los comensales.Los puntos más destacados del acuerdo que renegocia un paquete de 30.000 millones de dólares de deuda externa son los siguientes:

1. Plazo de vencimiento de obligaciones a 19 años, con siete de gracia; plazo inferior al obtenido por México que logró 20 años.

2. No habrá vencimiento de capital que atender hasta 1994, aunque, obviamente, seguirán pagándose como hasta ahora los intereses correspondientes.

3. Argentina obtiene un préstamo de dinero fresco por 1.900 millones de dólares a un plazo de 12 años con cinco de gracia, con una sobretasa de interés igual a la que paga Venezuela: 0,875%. La financiación de otros 250 millones de dólares de préstamos aún no ha sido establecida.

4. La sobretasa de interés sobre el paquete de los 30.000 millones de dólares de deuda renegociada será, como la que paga México, de 0,8125%.

5. La tasa de interés que regirá el acuerdo será el libor (precio del dinero en el mercado interbancario de Londres).

6. Dado que poco más de un centenar de bancos controla el 90% de esta parte de la deuda externa argentina se dispondrá un exit-bond para reducir el número de acreedores; el bono será a 25 años de plazo y con un interés del 3% anual.

En Buenos Aires, el presidente del Banco Central, José Luis Machinea, calificó el acuerdo como de histórico y el vicepresidente de la República, Víctor Martínez, afirmó que el arreglo entre Argentina y la banca acreedora carece de precedentes.

Los términos obtenidos por Buenos Aires son considerablemente más favorables que los logrados en la renegociación de 1985 y superiores a los obtenidos por México.

Ahorro de divisas

Se destaca aquí el avance que supone para Argentina pasar del oneroso prime rate (tipo preferencial) estadounidense al libor, lo que permitirá un considerable ahorro de divisas. También se realza la obtención argentina de que cada dólar de su deuda externa que sea convertido a la moneda, local -el austral, que sustituyó al peso- para invertir en el país vaya acompañado por un dólar de inversión nueva.Políticamente el acuerdo refuerza al Gobierno radical del presidente Alfonsín, socavado por una contínua crisis militar originada por el rosario de procesamientos por violaciones de derechos humanos durante la dictadura.

De otra parte la banca internacional acreedora, en un principio dura e intransigente ante la renegociación, ablandó sus maneras ante sugerencias de la Administración Reagan y ante la firmeza de los negociadores argentinos que se supieron recostar sobre la reciente suspensión unilateral de pagos brasilera.

El Gobierno argentino, entre los latino americanos que sufren problemas financieros, es el más reticente para hacer frente a sus obligaciones a una suspensión unilateral de pagos. Esta predisposición ha terminado, sin duda, jugando a su favor.

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