El Irán de los Ayatholas
esta fletando otro convoy para llevar supuesta ayuda humanitaria a Gaza. Hubo
una provocación, ingenua, turca y se prepara la segunda. La Franja de Gaza no
es un Estado, ni tiene reconocimiento internacional. Permanece embargada y sus
aguas son de exclusión militar desde que en 1996 la organización terrorista
Hamas ganó forzadamente unas elecciones y al año siguiente dio un golpe de
Estado controlando todo el territorio y rompiendo con Al Fatá que quedó
controlando Cisjordiana, con seiscientos pesos terroristas en sus cárceles y
sosteniendo una solución pacífica con Israel.
No hace falta ser un experto naval que una
flotilla hunda en aguas embargadas debe
ser avisada de que entra en zona prohibida, se la puede cañonear frente a la
proa del primer buque y hasta cañonearla o mandarlas algún torpedo. La Armada
israelí se tomó la molestia de asaltarla cuando le asistía el derecho a
hundirla.
Hamás
es una organización perteneciente al terrorismo islámico fundamentalista
que no quiere pactar nada con Israel sino echar a todos los judíos al mar. No
entendemos que Hamas e Israel están en guerra. David Grossman ha ganado el
premio de la paz otorgado por los libreros alemanes, y desea que los palestinos
obtengan su propio Estado. Catherine
Asthon vicepresidenta de la
Comisión Europea es de la misma opinión, pero eso sería como si el burro
soplara la flauta e intentara tocar a Bach. El conflicto de Oriente Próximo se
puede hacer: dos estados reconociéndose
mutuamente pero es el Teorema de Fermat que tardó siglos en resolverse.
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