Los pisavedes políticos
hablan de Estados fracasados; Colombia no lo es. La narcoguerrilla es igual que
una tuberculosis que tiene cura. Te argumentan en Medellín que la culpa la
tienen los EEUU, el mayor mercado D del mundo. Pero luego hasta Gabriel García Márquez
se opone a que los narcos se han extraditados a USA. La selva es Macondo, con
generales que no tienen quién les escriba. No es un problema de ahora, viene
desde la independencia ésta manía de enmontonarse, de echarse al monte, y
construir allí una sociedad particular. Así Manuel Marulanda, por mal nombre
“Tiro Fijo” soñó la República de Marquetalia y sólo logró la infamia de los
secuestrados. Lo más que han llegado los
insurgentes de la coca a que el delirante Hugo Chávez declare que Venezuela
limita al Oeste con las FARC. Mala literatura.
El presidente Álvaro Uribe,
hijo de un paramilitar asesinado por los habitantes de la selva, debutó como un
cañón devolviéndole la moral al Ejército, procurando el apoyo logístico de
Estados Unidos y dando pesadísimos golpes a la guerrilla y ofreciendo gracia a
los desertores. Sus ocho años de mandato sólo fueron empañados por la
corrupción, pero eso en Sudamérica forma parte del paisaje, pero la lucha
contra unos marxistas que secuestran personas y venden droga ha sido un titán.
Se le echará de menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario