Strauss y Perlo introdujeron
en España una ruleta con la que siempre ganaba la banca. El escándalo derribó un Gobierno republicano
y la viveza castiza acuñó estraperlo como chanchullo, hasta meterlo en la
Academia. Caído en desuso se echa en
falta el término que define desde el surrealismo
de la Administración andaluza a los enredos con ETA y familia, pasando por las
regalías de los eurodiputados y la comodidad de sus culos en los aviones. La manifestación de ésta tarde en Madrid es
necesaria como enésima denuncia del estraperlo que se traen Zapatero y la
banda, juntando la necesidad del uno con
las argucias de la otra.
Cayó un Gobierno por u n juego trucho,
pero no un Vicepresidente por
clamorosa zooderastía con un
faisán. En cualquier convoy
siempre hay un zote empeñado en colocar el carro delante de los caballos, y en esas estamos creyendo los socialistas que entrañando a Batasuna,
Ertu, Bildu, o toda la pesca, ETA se
disipará como una mala niebla, y es exactamente al revés: cuando
ETA se disuelva será posible que los independentistas participen
de las instituciones. Pidiendo
perdón, como el Canciller Willy Brandt
de rodillas ante las puertas de Aushwitz.
Los estraperlistas quieren que las víctimas del terrorismo doblen la cérviz y los sindican en la extrema derecha. No
sólo se equivocan y venden juegos
trucados sino que ofenden la razón del
victimado. Por eso la manifestación de ésta tarde es necesaria, no sea que en
el año que queda cristalicen todos nuestros estraperlos.
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