18/4/11

EL SUICIDIO DE ALLENDE (18-4-2011)

Tenía una cita memorizada en Santiago de Chile  (nunca  llevaba direcciones o teléfonos escritos ) con el doctor  Contador,   uno de los médicos personales de Salvador  Allende,  integrante del fidelísimo   Grupo de Amigos del Presidente ( GAP ) y el último que le vio con vida en su despacho del Palacio de la Moneda,  donde España acuñaba durante la colonia.  El encuentro  hubo de posponerse por años.  La policía de Pinochet me detuvo en el aeropuerto santiaguino informándome que se me consideraba persona  “  non  grata  “ y se me expulsaba del país “ a perpetuidad “. El aeródromo Comodoro Toribio Moreno  no  tiene mucho tráfico, cierra de noche, y permanecí  17 horas preso sin cargo alguno hasta  que llegó  el primer avión del día siguiente.  No me tocaron pero tuve que mear con escolta. Contador, exiliado en España,  era intensivista en la clínica Ruber,  y al fin nos encontramos   a través de mi médica,  dibujando  una elipsis en el tiempo.  Allende tomó de un anaquel el  “ AK-47 “, regalo de Fidel Castro, sacó un peine de una  gaveta y lo cargó,  pidiendo a su guardia que le dejaran solo.  Creyeron que pretendía defenderse  hasta el final, pero al poco escucharon una ráfaga.  Al entrar vieron al Presidente con la cabeza reventada, sentado en un sillón.  El  “ Kalhasnikov “  es corto  y, aún invertido, la mano llega al gatillo.  Con el Palacio   bombardeado  huyeron dejando el cadáver.  Los testigos  directos o próximos lo saben;  la familia también.  Será que la  Justicia chilena se ha contaminado de nuestra memoria histórica, pero    ¿a que exhumar éstos restos  para comprobar qué?. Los juntacadáveres  desenterraran a Neruda. 

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