En España el centro-derecha y el centro-izquierda gobernantes solo
han pactado con el arcoíris nacionalista cuando han visto en peligro su
capacidad de legislar: Felipe González en sus tramos agónicos y José María
Aznar con su primera mayoría minoritaria. No hace año y medio sino solo meses
que la izquierda parlamentaria jugaba a un inevitable rescate que hubiera sido catastrófico,
cantaba como el Bingo la prima de riesgo a 600 puntos y sugería la necesidad de
elecciones anticipadas. Hoy, salidos del túnel del terror macroeconómico,
proponen un Pacto de Estado para acudir a Bruselas casi en régimen de movimiento nacional. Aunque ésta reedición
del parto de los montes la firmara hasta Bildu en la sede comunitaria no
sabrían quienes son o los confundirían con un periódico alemán, porque la
fuerza en Europa la tiene la mayoría absoluta del Partido Popular y los
Gobiernos de salvación nacional, como en Grecia, suenan a naufragio. El único
beneficiario de un Pacto de Estado sería el PSOE en un ejercicio de ilusionismo
para tocar poder y aglutinar su Reino de Taifas. Con el agravio de que Pérez
Rubalcaba quiere un tablón al que agarrarse mientras sigue voceando la España
federal ( como si no tuviéramos bastante
con el federalismo autonómico) y confunde el derecho a decidir de los pueblos
con la descolonización del siglo pasado, el libre albedrío y hasta el libre
examen, propios de la Ilustración. EL
apoyo de Cayo Lara, ideólogo de enseñar el culo a la UE, y Gaspar Llamazares (
otra vez divorciados) e Izquierda Unida, plural y comunismo variopinto, supone
ahorcarse para escapar del incendio. El Gobierno de Rajoy sabe equivocarse solo
y no necesita otras ayudas que las que generosamente se le ofrezcan sin
contrapartidas. Si quienes necesitan
hacerse la fotografía firman algo en La Moncloa que sea el plante del PSOE y
los comunistas ante Convergencia i Unió (mas los primeros) y los kamikazes de E.R.C ,
porque peligrosamente el PP se está quedando solo como partido nacional. Un
pacto ahora paririan un ratón con grandes estruendos mediáticos.
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