Más de 25.000 argentinos marcharon el sábado
sobre el todavía inútil Palacio del Congreso, en Buenos Aires, para reclamar la
democracia y un tratado de no agresión con Chile. La manifestación estaba
convocada por las juventudes de los partidos justicialista, radical,
intransigente, comunista, conservador popular, democracia cristiana,
desarrollistas y los multidivididos socialistas argentinos.A mitad de la marcha
se unieron a su cabeza viejos dirigentes históricos de los partidos y se
adhirieron verbalmente Raúl Alfonsín, Arturo Frondizi, Rodolfo Seguel -desde la
cárcel de Santiago de Chile- y el PSOE, entre otros.
Coreando
consignas fuertemente críticas para las dictaduras militares y la intervención
estadounidense en América Latina, la marcha transcurrió sin incidentes,
leyéndose un comunicado en el que se destaca que la paz sólo será estable
cuando se restablezca la democracia en toda América Latina.
"Nos
une una misma historia desde San Martín y O'Higgins. Nos une un mismo idioma,
un mismo origen e idiosincrasia. Nos une el dolor, el sufrimiento, el hambre de
nuestros pueblos. Nos une también nuestra solidaridad y necesidad de ayudarnos
con grandeza", afirma el llamamiento por la paz y la libertad en América
Latina de las juventudes argentinas.
El
importante III Cuerpo de Ejército, acantonado en la provincia de Córdoba, se ha
pronunciado, por boca de su comandante, general Guafiadens, por la
institucionalización de la República, el profesionalismo del Ejército y su
apartamiento de las luchas políticas. Otro tanto estaría por hacer el general
Expósito, que manda el IICuerpo de Ejército (Rosario). Muchos políticos estiman
improcedentes estos pronunciamientos, aunque sean en defensa de la democracia,
por parte de generales con mando en plaza.
Finalmente,
se están produciendo relevos en la cúpula de la policía de Buenos Aires,
afectada de lleno por el escándalo de los asesinatos de Cambiaso y Rossi.
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