14/1/84

Raúl Alfonsín destaca que no aceptará jamas presiones políticas de las fuerzas armadas (14-1-1984)

A los 33 días de su asunción como presidente, Raúl Alfonsín se enfrentó en la tarde del jueves a su primera conferencia de prensa. En el salón blanco de la Casa Rosada contestó durante 95 minutos a 50 preguntas formuladas por 48 periodistas de 63 medios de difusión argentimos y 92 extranjeros, incluidos los representantes de la BBC británica. El canal estatal de televisión y Radio Nacional Argentina transmtieron la conferencia de prensa en directo.

Una conferencia distinta, según admite unánimemente la Prensa argentina; bastó una llamada telefónica para acreditarse, -el único límite- impuesto fue el de una pregunta por medio, las preguntas no se presentaron previamente y el antiguo locutor oficial fue sustituido por señoritas que acercaban los micrófonos a los periodistas.

Dosis de humor

Alfonsín, de pie, solo y tras un podio, contestó calmada y brevemente, incluso con dosis de humor. Así, cuando le inquirieron por los entimientos de todos los no radicales que le habían apoyado con su voto: "Que no pierdan la calma, que yo, desde luego, no la voy a perder". "Por combatir al demonio con el demonio", afirmó el presidente Alfonsín, "el país fue convertido en un infierno". Fue tajante al señalar que.jamás aceptaría ninguna presión política por parte de las fuerzas armadas. Estimó que en la Argentina será superado el antagonismo entre civiles y militares, que aspira a un consenso entre todos los partidos para aprobar la futura ley sindical que democratice los sindicatos, y admitió que la, situación económica heredada de la Administración militar es aún más grave de lo que ya se temía.En materia de política exterior, el presidente Alfonsín rechazó que el inminente acuerdo con Chile por las islas del canal de Beagle tuviera que retrasarse hasta firmarlo con un Chile democráticct y anunció el deseo de su Gobierno de regresar a una situación con el Reino Unido análoga a la de la preguerra de las Malvinas.

El grueso de las preguntas perteneció a la zona argentina dolorida -desaparecidos, torturas-, y Alfonsín fue enérgico en la defensa de su estrategia política: "Queremos curar, no queremos vengarnos". Insistió en que sería un error histórico privar a los militares de su juez natural y remitirlos directamente a la jurisdicción ordinaria y en el hecho de que su Gobierno abrírá apelaciones fuera del ámbito castrense. Recordó además otras medidas legales, como la equiparación de la tortura al asesinato cualificado, que completa, junto a la drástica reórdenación de las fuerzas armadas, el nuevo e inédito nivel de moral civil en la República Argentina.

Las medidas de austeridad económica y la resistencia a las mismas -el mercado negro de alimentos planea como una peligrosa posibilidad sobre el paísestuvieron ausentes de la conferencia, al quedar prendidos los periodistas de los temas de derechos humanos. Pero la respuesta generalizada ha sido de grato asombro. Los argentinos no estaban acostumbrados a ver a un presidente que durante hora y media contesta con sencillez a todo tipo de preguntas, incluidas las de los periodistas extranjeros, sin conocimiento previo de las mismas y hablando en directo por la radiotelevisión estatal.

Finalmente, la Cámara de Diputados aprobó una resolución peronista por la que se prohíbe la salida del país de todas las autoridades del área económica que cumplieron funciones entre el 24 de marzo de 1976 y el 30 de octubre pasado.

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