Al menos 30.000 personas, en
su mayoría jóvenes, se manifestaron el jueves en Buenos Aires, entre el
Congreso y la plaza de Mayo, en apoyo de las madres de Mayo y con el lema Dales
una mano a los desaparecidos. De espaldas a la Casa Rosada, antes de dar por
concluida la marcha, la presidenta de las madres, Hebe de Bonafini, pronunció
un discurso rechazando una posible amnistía para el grueso de los culpables de
violación de los derechos humanos en Argentina.
"No queremos
paredón,para los responsables de la suerte de nuestros hijos, queremos 30 años
de cárcel", dijo Hebe Bonafini.Durante meses, Madres y Abuelas de Plaza de
Mayo y las organizaciones de derechos humanos que las secundan recogieron en el
país y en el exterior siluetas de manos identificadas documentalmente, corno
gesto de solidaridad, con los desaparecidos. Una de las personas que accedió a
ofrecer su mano fue el presidente italiano, Sandro Pertini, en su reciente
Visita oficial a Buenos Aires. Pertini, además, en sus primeras declaraciones
en suelo argentino, aludió favorable y enérgicamente al coraje de las madres de plaza de Mayo.
Cerca de un millón de
afiches con manos silueteadas y firmadas fueron colgadas como guirnaldas por
toda la española avenida de Mayo, de farola en farola, uniendo
el palacio del Congreso con la plaza de Mayo y la Casa Rosada. Esta
manifestación ha sido la última prueba de fuerza de las madres antes del comienzo del juicio a las
tres primeras juntas militares y de la presumible amnistía que posteriormente
aliviará al Gobierno argentino de tener que juzgar por genocidio a la mayoría
de la oficialidad de sus fuerzas armadas.
De los grandes partidos
(peronista y radical), sólo se sumaron a la marcha las Juventudes Unificadas,
del primero. A medida que avanza el proceso democrático y se profundiza la
crisis económica, las madres se ven aisladas políticamente, tan
sólo con el apoyo de los más jóvenes y de la izquierda extraparlamentaria.
Cuando se las pregunta si no
sería mejor para todos su perdón como prenda de la reconciliación entre los
argentinos, replican que sí, que ellas están deseosas de perdonar a quienes
hicieron desaparecer a sus hijos y nietos, tal como el Papa perdonó a quien le
intentó. asesinar: visitándole en la cárcel donde cumple cadena perpetua y otorgándole
su perdón.
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