23/3/85

30.000 argentinos piden que no se amnistíe a los responsables de las 'desapariciones' (23-3-1985)

Al menos 30.000 personas, en su mayoría jóvenes, se manifestaron el jueves en Buenos Aires, entre el Congreso y la plaza de Mayo, en apoyo de las madres de Mayo y con el lema Dales una mano a los desaparecidos. De espaldas a la Casa Rosada, antes de dar por concluida la marcha, la presidenta de las madres, Hebe de Bonafini, pronunció un discurso rechazando una posible amnistía para el grueso de los culpables de violación de los derechos humanos en Argentina.

"No queremos paredón,para los responsables de la suerte de nuestros hijos, queremos 30 años de cárcel", dijo Hebe Bonafini.Durante meses, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y las organizaciones de derechos humanos que las secundan recogieron en el país y en el exterior siluetas de manos identificadas documentalmente, corno gesto de solidaridad, con los desaparecidos. Una de las personas que accedió a ofrecer su mano fue el presidente italiano, Sandro Pertini, en su reciente Visita oficial a Buenos Aires. Pertini, además, en sus primeras declaraciones en suelo argentino, aludió favorable y enérgicamente al coraje de las madres de plaza de Mayo.

Cerca de un millón de afiches con manos silueteadas y firmadas fueron colgadas como guirnaldas por toda la española avenida de Mayo, de farola en farola, uniendo el palacio del Congreso con la plaza de Mayo y la Casa Rosada. Esta manifestación ha sido la última prueba de fuerza de las madres antes del comienzo del juicio a las tres primeras juntas militares y de la presumible amnistía que posteriormente aliviará al Gobierno argentino de tener que juzgar por genocidio a la mayoría de la oficialidad de sus fuerzas armadas.

De los grandes partidos (peronista y radical), sólo se sumaron a la marcha las Juventudes Unificadas, del primero. A medida que avanza el proceso democrático y se profundiza la crisis económica, las madres se ven aisladas políticamente, tan sólo con el apoyo de los más jóvenes y de la izquierda extraparlamentaria.

Cuando se las pregunta si no sería mejor para todos su perdón como prenda de la reconciliación entre los argentinos, replican que sí, que ellas están deseosas de perdonar a quienes hicieron desaparecer a sus hijos y nietos, tal como el Papa perdonó a quien le intentó. asesinar: visitándole en la cárcel donde cumple cadena perpetua y otorgándole su perdón.

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