26/3/85

El Fondo Monetario Internacional estudia en Argentina un nuevo plan contra la inflación (26-3-1985)

Una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) encabezada por el catalán Joaquín Ferrán llegó ayer a Buenos Aires para estudiar el nuevo plan económico argentino de lucha contra la inflación. Anteriormente, el FMI había decidido congelar el desembolso de los tramos crediticios correspondientes a febrero y mayo (unos 600 millones de dólares), dado el incumplimiento argentino con las metas acordadas con el alto organismo monetario. Sin embargo, el propio FMI pidió al conjunto de bancos acreedores de Argentina la continuación de sus negociaciones con Buenos Aires sobre un paquete crediticio de 4.200 millones de dólares.

Buenos Aires

Hasta tanto -primeros de junio- Argentina no vuelva a recibir dinero fresco del FMI, hará frente a sus compromisos internacionales mediante un crédito puente de 500 millones de dólares proporcionado por el Tesoro estadounidense.Esta congelación de crédito del FMI a la Argentina no es más que otro episodio de la patética guerra antiinflacionaria librada por el Gobierno radical del presidente Alfonsín, y de sus consecuencias sobre la política interna del país.

Bernando Grispun, primer ministro de Economía de la Argentina democrática, adscrito al ala izquierda del radicalismo, carecía de fe en las posibilidades del país para detener la catarata inflacionaria, y practicó una política de obstrucción y enfrentamientos con los veedores del Fondo Monetario.

Su sustituto, Sourrouille, un técnico no afiliado a ningún partido, es tan pesimista como su antecesor pero comprende la necesidad de colaborar sinceramente con el FMI.

Con una inflación anual estimada actualmente en el 800% por ciento, el FMI se ha limitado a ejercer una pequeña presión psicológica sobre las autoridades económicas porteñas.

Las especulaciones alarmistas que apuntaban hacia una hipotética ruptura entre el Fondo y la República Argentina carecían de sentido por dos razones: el FMI no iba a tomar una medida tan drástica precisamente estando el presidente Alfonsín en visita oficial en Estados Unidos y, en cualquier caso, el Fondo es el primer interesado en que Argentina no rompa el actual esquema negociador, arrastrando con su ejemplo a otros grandes deudores latinoamericanos.

El Ministerio de Economía argentino está haciendo serios esfuerzos para presentar el FMI un plan económico que rebaje la inflación este año a un 300%. Presumiblemente es una meta puramente utópica; para el mes de abril, y dentro del esquema de lucha a corto plazo, se ha establecido una hipótesis inflacionaria del 18%, dejando flotar por encima de ella los combustibles, las tasas de interés y el tipo de cambio.

Alto coste social

La reducción del gasto público y el achicamiento del sector público exigidos por el Fondo Monetario Internacional para disminuir la inflación supondrían un alto coste social al que se resiste firmemente el Gobierno radical; pero éste ha dado una nueva prueba de buena voluntad abriendo sus reservas petroleras a las compañías internacionales extractoras como medio de financiar el pago de la deuda externa y de obtener dinero para el empleo público y los programas sociales.El presidente Raúl Alfonsín arrastra con esta medida, anunciada en su visita a Estados Unidos, severas críticas del peronismo y de su propio partido, ya que una de las constantes del nacionalismo argentino ha sido la exagerada protección de su autarquía petrolera.

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