El teniente general retirado Jorge Harguindeguy, ex jefe del Estado
Mayor del Ejército de Tierra argentino, dos veces ascendido por el Gobierno
democrático, afirmó públicamente que los juicios a las juntas militares son
"un Nuremberg al revés" y que, "inexorablemente, el presidente
Raúl Alfonsín deberá intervenir para dar por concluidos los juicios que se les
instruyen (a las juntas) por violar los derechos humanos".El ex jefe
militar declaró estar disconforme con la metodología jurídica empleada en los
juicios y, en particular, con la reforma del Código de Justicia Militar, que
hace apelables sus sentencias ante la jurisdicción ordinaria y que ha
permitido, por omisión del alto tribunal castrense, que sea la justicia civil
la encargada del proceso a las tres juntas militares.
Pero el fondo de
su argumentación -el "Nuremberg al revés"- retrata el estado de ánimo
de los jefes militares ante el juzgamiento de sus camaradas de armas; no
entienden cómo se les puede juzgar precisamente por la única guerra que no han
perdido y en la que demostraron una macabra eficacia: la guerra sucia contra la
subversión. Respecto a las declaraciones del general Harguindeguy, el
secretario argentino de Defensa, José Horacio Jaunarena, informó que su
departamento estudia la posible aplicación de sanciones disciplinarias o
penales al ex jefe del Estado Mayor del Ejército.
Por otra parte,
ha trascendido que la Cámara Federal de Apelaciones en lo penal y correccional,
encargada del procesamiento de las juntas militares, está estudiando la
posibilidad de aplazar el comienzo del juicio -previsto provisionalmente para
el 15 de abril- para no hacerlo coincidir con la visita de los reyes de España
a Argentina, que comenzaría un día antes. El aplazamiento ha sido
insistentemente solicitado por el Gobierno español.
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