Nada está escrito y ni
Zapatero podrá dibujar el último trazo de su destino, porque el voluntarismo es
el Waterloo de los optimistas. Me sorprendo encontrando en dos encuestas
simultáneas a un descolocado Javier Solana como posible sucesor de Zapatero. Permitasemé una objeción a la totalidad: lo que tiene que elegir el PSOE no es un
candidato presidencial sino un jefe de la oposición , perfiles muy distintos.
Los GAL, los faisanes y los caballos perseguirán durante años a Rubalcaba y
Bono, y Carme Chacón no da para más que
para fontanera del socialismo catalán, que es trabajo de chinos. Con su habitual mala leche, Indalecio Prieto decía de Salvador de
Madariaga que era tonto en cinco
idiomas, pero su sobrino nieto ha salido muy inteligente en las mismas lenguas.
En el Paleolítico Inferior, Javier llevaba la prensa del PSOE y venía a mi
despacho de “ El País “ donde juntos
maquillábamos los sondeos para favorecer al felipismo. Javier Pradera le llamaba “ el ministrillo “,
por su llaneza, y otros “ abrazafarolas “
por su ansia de empatizar.
Rubalcaba es químico, que viene de la brumosa alquimia, y Solana es catedrático de Física en Estado
Sólido, más próximo a lo tangible. No está tocado por la corrupción felipista y
pasó de rechazar la OTAN a dirigirla, sin romperse ni mancharse. Tiene tanta
experiencia administrativa como
Rubalcaba o Mariano Rajoy; ningún español tiene su agenda internacional, es
amigo del Rey, y tiene el Toisón a más del Carlomagno. No duerme, no come y destruye de trabajo a
sus equipos. Por curriculum no quede. Pensaba que se había retirado al
Aventino. Peligroso en la oposición.
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