Aún a riesgo de resultar
enojoso para el prójimo me indigno en cuanto me levanto de la cama porque cada
despertar es ominoso si lees los periódicos. Al contrario de Zapatero los
pesimistas somos optimistas bien informados. No pocos logros de la Humanidad se deben a la indignación, pero a ésta alegre
muchachada la entiendo poco y mal. Me dicen que están organizados por los
montoneros argentinos que ya estarán muy viejitos para estas acampadas; quizás estén inspirados en los piqueteros del Río de la Plata, el
lumpenproletariado peronista, aunque no
me parece que “ los indignados “ necesiten externizarse para sentirse
cabreados. Por lo que piden no son revolucionarios ni antisistema: son reformistas que no
quieren cambiar de caballo sino pintarlo de otro color. Parecen un “ Tea Party
“ por la izquierda pero mientras áquel se ha convertido en facción
poderosa del Partido Republicano éstos no quieren diluirse en el PSOE o IU, lo
que les alabo. Por más que deambulen por Madrid, Barcelona y las carreteras ha
nada llegarán sin los sindicatos y los obreros. No veo entre ellos a los
aparceros o los galeotes del andamio y la metalurgia. Los asalariados que
tienen más cerca son los antidisturbios.Y Méndez con Toxo antes profesan en una
cartuja que sumarse a ésta algarada. Por muchos guiños electoreros que les
hagan los grandes partidos no van a desmontar el sistema en el que se
sustentan. Con los indignados conoces gente, ligas, corres una pequeña aventura
vivaqueando en los jardines, y, además, no te pagan ni te multan. Éstos
sobredimensionados indignados, ¿ no
estarán de joda?. Parece un sofisticado botellón O´O .
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