Bill Murray rodó en 1984 para su amigo Harold Rasmis “ Groundhog Day “, “ El día de la marmota“,
aquí traducida por “ Atrapado en el tiempo “. Todas las mañanas eran la misma
mañana y se sucedían los mismos sucesos
mientras la marmota meditaba su
pronóstico para el invierno. Estos son días de la marmota en los que la política
se fotocopia a sí misma como en un interminable bostezo que nos hubiera
desencajado las mandíbulas. Como el candidato gubernamental no quiere
introducir la anunciación etarra en la campaña, no mitinea de otra cosa. Juez y
parte. Padre y comadrón. El Lehendakari Patxi López, que nunca ha tenido prisa
para nada, convoca como el rayo una mesa de partidos sin hacer una lista de
ellos, y antes consulta con el feminista Eguiguren que con el espadachín
Rubalcaba o el mundo de Halloween en que habita Zapatero. ¿Trato o truco?. En
el PSOE todos son caciques y solo mandan los manipuladores de la comunicación.
Como Berltod Brecht me levanto cada día para ir al mercado donde se venden las
mentiras. La marmota tiene en oferta la mercancía de que el mayor intento de
negociación con ETA lo protagonizó el Presidente Aznar, quedando frustrado por
el desaire abertzale, y siendo Argel un espejismo. Los historiadores de lo
contemporáneo pueden prejubilarse por innecesarios. El roedor es muy insistente
en cuanto despierta con la alborozosa noticia de que ETA se ha cansado de
matarnos, y eso merece una inacabable celebración. También Jack el destripador
abandonó la práctica de su noble oficio hace casi siglo y medio y no
santificamos su aniversario. La marmota ha engullido la crisis. El chauvinismo
etarra, gobierna.
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