Como si no bastaran los espantos de la peste negra, que duro
decenios, y despobló Europa, el imaginario popular contemporáneo insiste en
considerar el derecho de pernada como una de las tradiciones barbarás de la
Edad Media: la prerrogativa del señor feudal a yacer primero con la doncella
recién desposada en sus dominios. Señores de horca y cuchillo hacían cosas
peores pero la pernada nunca fue una institución, una norma, una costumbre.
Como el morbo es inextinguible algún medievalista se ha agarrado a un clavo
inverosímil suponiendo que el derecho de pernada suponía el privilegio del
señor a colocar una pierna sobre el tálamo. Si lo hacía en pie habría de
ponerla en 90 grados sobre el jergón, posición harto incomoda para tan poco
provecho, salvo el visual. O aparejarse
una cama junto al lecho nupcial y despatarrarse hacia los novios.
Resulta mucho menos complicado admitir que jamás existió tal monopolio de la
doncellez, y si el derecho de pernil por la que los recién desposados tenían la
cortesía de ofrecer una pierna de cordero, o de cerdo, ternera o vaca, según su
condición, al señor del castillo para su degustación. Un tributo más pero nada
que ver con la pornografía del Medioevo. El derecho de pernada es algo que
nunca existió y a lo que se sigue dando vueltas tal como la independencia de
Cataluña.
El ilustre catalanista Francesc Cambò se exilio en Buenos Aires, y
al líder socialista Indalecio Prieto, siendo ministro de Defensa de la
Republica durante guerra civil, le
informaron que padecía cáncer. Don Inda comento: “! Pobre cáncer!”. Pero no por
desdén del hombre que muere sino en un
irónico reconocimiento a la gran inteligencia de Cambo. Hoy los próceres del
secesionismo catalán carecen de grandeza
y estatua. No hay Washington, ni Ben Gurión, ni Cavour, ni Bismark. Cuando un
español quiere levantar una independencia se va a Irlanda, como de Valera.
Artur Mas es un politicastro destructor
de su propio partido, el peor administrador que ha dado España y un
gustoso de su aire de Clark Kent
buscando criptonita. Oriol Junqueras, el jefe del jefe, tiene una buena
distancia corta pero porque más que un profesor es un cachondo. La estelada
aragonesa del independentismo no da cobijo a nadie con una obra intelectual,
una brillantez oratoria, un crédito investigativo, una trascendencia para los
propios, una proyección internacional. Y para colmo de mendicantes el huevo del
secesionismo está podrido por una corrupción que ya la quisiera para sí el
social-sindicalismo andaluz.
Su argumentario comparativo es de parvulario. Jordi Pujol (Bismark
de España, Garibaldi en Cataluña) se miraba mucho en Israel, olvidando el
judaísmo y la Soah. Por un tiempo estuvieron obsesionados con las islas
Feroe que querían independencia y que
los daneses les sufragaran el Presupuesto.
Desde que el general De Gaulle alzara los brazos en uve en la cuidad para
gritar “!Viva Quebec libre!” los quebequenses no han hecho otra que retroceder
hacia un interesado escepticismo. El último escalón es Kosovo, espejo de todas
las virtudes de la civilización histórica, autonomía serbia y punto negro de la
política Europea. Tendrán que regresar Bill Clinton y Javier Solana para
bombardear un Madrid dado a la limpieza étnica, tal como bombardearon Belgrado.
Siempre se les olvida Texas que conseva su Constitución republicana previa a su
anexión a la Unión. Por su tamaño y siendo
un pozo de materias primas, alimentos y tecnología surgen de tarde en tarde en
Austin unos Mas y Junqueras argumentando que el Gobierno Federal es un vampiro
que succiona sus riquezas y añoran la guerra de Secesión pero con otro final,
aduciendo que independientes serían una poderosa nación. Pero hasta ahora a
Washington no mandan tropas sino Presidentes. La cadena humana del martes con
independentistas, incluidos los impúberes, cogidos de la mano, la proponen a lo
largo del país para no rebasar sus 400 kilómetros (no podrían hacerla a lo
ancho), lo que denota que Cataluña es una autonomía pequeña que nunca fue
independiente, ni poderosa ni extensa como Texas. Secesionismo folklórico y
cirquense con clubs de futbol, inmersión lingüística y luego mucho “Freedon for
Catalunya”, teorema de juegos malabares con las balanzas fiscales para
demostrar el imposible de que los catalanes mantienen al resto de los
españoles, política exterior allá donde ignoran donde esta Cataluña, y sesudos
proyectos de papel sobre las Fuerzas Armadas catalanas. Se recomienda el
estudio sobre las FAS de la Republica Oriental del Uruguay, el Paisito. Sus
cuatro destructores siempre están fondeados en Montevideo por vías de agua y
nunca llega el dinero para las alpargatas de la tropa. Estados Unidos los
obsequio dos reactores de combate: uno lo dejaron en hangar para canibalizarlo,
y el otro en cuanto despegaba violaba el espacio aéreo brasilero, paraguayo o
argentino, con lo que solo podía volar operativamente sobre las soledades del
Atlántico Sur. En vez de mirar a Costa Rica que suprimí constitucionalmente el
Ejercito estos españoles quieren irse para ingresaren la OTAN. El nosotros
solos ( Seinn Fein)no es filosofía para un pueblo. Los hombres sin estatua que
alimentan este sarao, esta sardana longuinea, pretenden una consulta por”
collons” y es que en cuanto les rascas la solapa aparece el” botigers”, la
intelectualidad del tendero. En 1714 algunos catalanes perdieron la Guerra de
Sucesión apoyados por los austracistas y ante tropas francesas. Tan españoles
eran los que secundaban al Borbón Felipe
V como al Austria Archiduque Carlos. La independencia ahora de un condado de
una de las naciones más viejas del mundo pertenece al ideario del torero
Rafael el Gallo: “Lo que no pué ser, no
pué ser; además es imposible”. Sin los medios de comunicación, que tanto
alientan, los independentistas catalanes cabrían en el Tibidado.
Porque hablas de lo que solo conoces para rellenar un blog vetusto, mal escrito, lleno de caspa ancestral concebida en tiempo de los Reyes Católicos? Realmente te satisface soltar toda esta altisonante bazofia?
ResponderEliminarNo suelo hacer este tipo de comentarios, pero tu prepotencia, incultura disfrazada de lenguaje pseudoculto y falta de cualquier rigor asociado a una sensibilidad nula me han incitado a intervenir publicando este comentario.
Saludos, y sepas que todo y ello, respeto tu opinión.
Expreso la mía tan libremente como tu has publicado la tuya, por lo que espero tu reciprocidad.