Cuando el Ejército Rojo ya
se aproximaba a Berlín Goebbels aullaba sobre ” los imparables avances
elásticos sobre la retaguardia ”de las tropas alemanas. El atrio por el que
está pasando la joven Presidenta andaluza denota también una enérgica mirada al
retrovisor y una vuelta al parque de atracciones del zapaterismo. La democracia
parió un régimen socialista-sindicalista en Andalucía, única autonomía que
nunca cambia de caballos, anclada políticamente en el clientelismo y la
subvención. Susana Díaz emula a Manuel Chávez en su compromiso contra la
corrupción, sin señalarla, como si fuera un objeto volante no identificado,
como si no hubiera convivido con ella desde tierna edad en las Juventudes
Socialistas, porque la Presidenta no es otra cosa que una funcionaria del PSOE
con muchos trienios que dedicó unas horas muertas a una carrera de Derecho más
larga que la Marathon. En su huera investidura, muy zapateril, no se ha hurtado
ni de imitar a Bibí Aido en su ingreso al místico Ministerio de Igualdad
repitiendo eso que se va a dejar la piel en el empeño. No se sabe que las pasa
a las chicasZP que quieren desollarse el cutis ( (pellejo en los hombres)
cuando de ellas solo se pretende honradez y sentido común. Tienen mala suerte
los andaluces porque solo de tarde en tarde pueden votar la Presidencia de la
Junta, aunque nada hay de ilegal en esta monarquía de socialismo-sindicalismo
hereditarios mientras no legislemos otra cosa. Pero es un apogtema que el poder
absoluto, en los despachos y en el tiempo, corrompe absolutamente. A cambio del
apoyo y el silencio la Presidenta ampliará el frente popular con los comunistas
mientras a la jueza Alaya la quitaran el sumario de los ERE por aforamiento,
despaciosa o hierática, dará lo mismo y los ladrones seguirán yendo a la
oficina. Susana Díaz no va a limpiar de martingalas el Régimen andaluz porque
supondría cortarse los hilos que la mueven como títere y porque resulta muy
complicado rehabilitar a un pirómano ( ya arden documentos incriminatorios) en
bombero.
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