1/9/13

EL ÚLTIMO NAZI DEL MEDITERRÁNEO (1-9-2013)

Nuestro  gran periodista Manu Leguineche entrevistaba en Damasco a Hafez Al-Asad, padre de Bashar Al- Asad, y por desbridar   la conversación le comentó que él mismo, cetrino, algo entrado en carnes, con poblado bigote, tenía aspecto árabe, mientras el Presidente de Siria con una cabeza aria y rapados cabellos rubios, podía pasar por un centroeuropeo. Lo que, desde luego, tenia origen en el disparatado y mágico arianismo nazi era (y es) el partido binacional sirio-iraquí Baaz o Partido del Renacimiento Árabe Socialista. En 1966 sirios e iraquíes escindieron el Baaz, aunque manteniendo sus principios laicos y radicales. Durante la IIGuerraMundial, en el teatro de operaciones norteafricano, Erwim Rommel y su África Korps con asistencia italiana rindieron a las ratas del desierto australianas enterradas en Tobruk, en la Cirenaica, y avanzaron exhaustos hasta la estación ferroviaria de El Alamein, con el canal de Suez al alcance de una embestida. El Cairo se cubrió de humo mientras los oficiales ingleses quemaban la documentación. Pero con Malta resistiendo pese a los bombardeos diarios y la flota italiana refugiada tímidamente en el golfo de Tarento, la Royal Navy cortaba los suministros nazis hasta el punto que llegaron a petrolear y municionar a Rommel mediante submarinos, sin lograr resolver sus problemas logísticos. Un plan imaginativo consistió en intentar prender fuego a la retaguardia británica en sus mandatos coloniales de Palestina, Siria,  Jordania e Irak, y hasta en los mandatos Franceses bajo la mano de Vichy, frutos del Tratado de Versalles que finalizo la Iº Guerra Mundial y la descomposición del sultanato otomano. El aborrecimiento árabe o musulmán por los judíos es muy anterior a la partición de Palestina por las Naciones Unidas y el antisemitismo nacionalsocialista tenía las puertas abiertas a los agraviados de nuestro Oriente Próximo. Los parachutaron material bélico para la formación de guerrillas, muncho dinero y una ideología: la Internacional Baaz, el totalitarismo hereditario o electo, un republicanismo putrefacto y hasta una supremacía racial ante las decadentes democracias burguesas occidentales. Los árabes de cualquier condición son reacios a desarchivar la célebre fotografía  de Hitler y su séquito recibiendo en Berlín con todos los honores al Gran Mufti de Jerusalén. La subversión tras las líneas británicas no tuvo éxito pero quedó el huevo de la serpiente del partido Baaz.

Saddan Hussein era un gestapo, un sicario que llegó a controlar  el Baaz mediante asesinatos cometidos personalmente, y su referente era el nazismo, la eliminación de kurdos y chiitas y la expansión petrolera territorial. Fuè el primero en gasear a los kurdos del norte de Irak sin que Occidente moviera una ceja. Su Vicepresidente Izzat Ibrahim ad-Douni, incluía la barraja repartida a las tropas durante la segunda guerra de Irak, dirige el Baaz clandestino y no ha podido ser capturado. Bashar al- Asad luce mejor los trajes ingleses que la chilaba y amplió su formación como oftalmólogo en Londres, casándose con una inglesa hija de sirios. No estaba llamado a la monarquía baazista pero accedió al “trono” por la muerte accidental de su hermano mayor. Su padre le dejo al país con los Altos del Golán ocupados por Israel y con medio ejército sirio entrado y saliendo del Líbano. La Primavera árabe (nunca los periodistas hemos titulado tan desacertadamente)  le alió con Hebdolà, una de las organizaciones terroristas más peligrosas del mundo, para librarse precisamente de Al- Qaeda, infiltrada en el ejército rebelde. El guiso de la cornisa mediterránea árabe es tan indigesto que conduce al contraídos occidental de querer desplazar al oftalmólogo pero manteniéndole en su puesto.  Y es que el gas tiene mala fama entre los moralistas de la guerra, que los hay. Ante la desesperación del estancamiento bélico durante la Iº Guerra Mundial, ingleses y alemanes usaron gas mostaza en Ypress sin romper el empate de trincheras. El gas es servidor de la meteorología y en ocasiones castiga a quien lo lanza. Mata  indiscriminadamente a la población civil igual que los explosivos convencionales o el armamento nuclear, pero el uso del Zilklòn-B en los campos nazis de exterminio demonizo el uso de gases para el subconsciente colectivo. El gas Sarín es un depresor del sistema nervioso utilizado en dos ocasiones en el metro de Tokyo por extremistas religiosos, y no se encuentra en la naturaleza. Un occidentalizado con formación científica como el sátrapa sirio debió entender que gasear las afueras de Damasco con Gas Sarín era un punto de no retorno. La tesis de que los rebeldes han asfixiado a sus propios hijos para focalizar dramáticamente la atención internacional es poco sostenible. La ONU, como en la antigua Yugoeslavia, ha vuelto a demostrar que es un dinosaurio burocrático con artritis, y EE.UU. Francia y Reino Unido (o la OTAN) no pueden ser la política del mundo sin Rusia, Irán y China, aunque sea en el Mediterráneo, el” Mar nuestro”. Sin embargo es antihistórica la permanencia del partido Baaz en nombre de la mayoría “sunni”( rama familiar del profeta) y, contradictoriamente, sostenedor del laicismo y de adherencias de un nihilismo nazi. Somos hipócritas:¿ por qué no se prohíbe internacionalmente la investigación, producción y almacenamiento de gases letales?. Todos preferimos morir de un piadoso tiro en la cabeza.  

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