Un
comité científico fue convocado por Bibiana Aido como paripé y coartada para su disparatada ley
abortista. Un biólogo la inquirió sobre si un feto de 13 semanas era un ser
humano. “Es un ser vivo, pero no humano”, contestó. “¿Y a que especie
pertenecería?”. “Eso no se sabe”. Afortunadamente Bibí no ha sido madre porque
habría ignorado si había engendrado un mamífero o un ovíparo, un ser humano o
un cocodrilo. La inefable sabrá con quien sale. Pero a la postre el responsable
del desafuero fue Rodríguez Zapatero para quien la ley socialista de aborto era
derechista, tal como consideraba la Transición como chalaneo de politicastros. Ya se sabe que el
progresismo es la enfermedad infantil de la socialdemocracia. Bibí fue
recompensada buscándola sitio en la Agencia de la Mujer (Naciones Unidas)
dirigida por la Presidenta chilena. Bachelet no la quería porque creía que los
iraníes son árabes y no daba ni el nivel de inglés, pero ZP la empotró
inyectando millones de euros en la Agencia, royéndonos la crisis. Hay
estadistas que pasan a la Historia por
generar más problemas de los que resuelven, e incluso por crearlos allí donde
no los había. Quienes se oponen con tanta energía a la sensata y benevolente
rectificación de Ruíz Gallardón afirman que retrocedemos 30 años, como si la gestación
humana fuera una cosa entonces y otra dentro de millones de años, si es que
sobrevive la especie al derecho a la automutilación. Cuando aceptamos el primer
aborto socialista,al que regresamos puliéndolo, no sabíamos que Felipe González
era tan machista, como misógino y
reaccionario. Aznar, pudiendo hacerlo, no derogó su ley por no agitar las
aguas, pero ahora hay que enmendar la barra libre de Bibí, Trinidad Jiménez y
Leire Pajin, trío de multíparas. Un asistente preguntó a un conferenciante
abortista: “¿Destruiría el cigoto de una sifilítica y un alcohólico crónico?”.
“Sin dudarlo”, contestó. “Enhorabuena; acaba de asesinar a Beethoven”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario