2/12/13

PARA ECHARNOS DE COMER APARTE (2-12-2013)

En la Quinta Avenida neoyorkina puedes sufrir un ataque de “tedium vitae” y entretenerte poniéndole fuego a una de las banderas de las barras y las estrellas. Probablemente algunos transeúntes te sujetarán para que no te autolesiones, en el convencimiento de que tienes que estar poseso para proceder a tal extravagancia. Agentes callejeros uniformados te trasladarán a una seccional policial y antes de veinticuatro horas estarás firme ante un Juez de Mazo que te multará con quinientos dólares, quince  días de cárcel o treinta de servicios sociales a la comunidad. Y no saldrás ni en los periódicos porque no es noticia que un orate ofenda a la bandera nacional. En el 1.600 de Pennsylvania Ave, de Washington DC, frente a las verjas principales de la Casa Blanca, hacen su ronda circulando en fila con sus pancartas los manifestantes por los más inverosímiles requerimientos, protegidos por la policía para evitar infiltraciones o provocaciones. Madrid es un “ manifestodrómo ”, con una media superior a la protesta diaria, unas ceñudas y otras jocosas, que los habitantes de la Capital soportamos con resignación cristiana. No se da el más pequeño recorte a la libertad de expresión ni se conculca derecho civil alguno, pero para evitar que converjan manifestaciones enfrentadas y poder reencauzar el tráfico,  los manifestantes han de avisar de sus horarios e itinerarios, y los espontáneos, deben ser sancionados porque si alteran innecesariamente el orden público. Proponer el asalto al Reichstag no se le ocurrió ni a la extinta “Fracción del  Ejército Rojo”, pero consignar en España el cerco al Congreso le sale gratis a cualquier antisistema de fin de semana. Clausurado el desgarramiento de vestiduras por la Ley Wert, comienza el Apocalipsis de los derechos ciudadanos a cuenta de la Ley Fernández, que hasta sustituye cárcel por multas que jamás pagarán los insolventes del nuevo nihilismo. Pero ¿qué le pasa a la izquierda española que cree que intimidar a cualquiera en la calle o en su casa es un derecho civil protegible?. Si le doy una cacerolada de madrugada a mi vecino porque me molesta su televisor, ¿estoy ejerciendo mi derecho a la libertad de expresión?. ¿Qué le pasa a nuestra izquierda con toda la simbología institucional para considerar que vejarla y agredirla es fascísmo sociológico?. En 1.982 jefes socialistas, aún políticamente activos, iniciaron una nueva etapa de Derechos Civiles metiendo a la gente en cal viva.

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