Al chivo redentor se le
cargaban alforjas con nuestros pecados y se lo echaba a correr para limpiarnos.
Fernando Paesa, amante de Dewi Sukarno, trujimán financiero, agente de los
servicios secretos españoles fue quién protegió a Luis Roldán en París y en el imaginero de su entrega en el aeropuerto de
Bangkok y no en Laos como se mintió, de
la mano del capitán Khan que debió ser el novio virtual de Mari Tere Fernández
de la Vega, entonces Vice ministra de justicia. Si Paesa no fuera” el hombre de
los dineros” no habría publicado su
esquela en EL PAIS rogando oraciones por su alma. Su sobrina sabe que el dinero
está o estuvo en la banca de Singapur. Pero eso no lo sabremos jamás. Roldán es
como el tonto de la película cuyos protagonistas son otros que mueven los
hilos, guardan los secretos y han pasado menos penalidades sin devolver un
adarme del dinero mal habido. Como doy el perdón, siento lástima por éste
chivo.
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