26/3/10

NETANYAHU CAZA LA PALOMA (26-3-2010)

Benjamín Netanyahu, Primer Ministro de Israel(Likud) dijo tronante al llegar a Washington  que Jerusalén es la capital israelita desde hace tres mil años y, quitándole la ramita de olivo a la paloma picassiana de la paz regresando a su país  con unas deterioradas relaciones con la Administración Obama, su constante y primer aliado. No se puede hacer política con la Biblia y retrotraer la Historia a antes de Cristo. Crear asentamientos judíos en Jerusalén Este,  es darle argumentos al terrorismo a Hezbolá  y dejar caliente el conflicto de Oriente Próximo y mandar al final de los tiempos la constitución de un   Estado Palestino, única solución a éste teorema de Fermat. Los laboristas llegaron a ofrecer la ampliación cartográfica de la municipalidad  de Jerusalén para que en lo que es un baldío  los palestinos pudieran erigir su capital. Era una oferta pícara pero mucho más aceptable que el milenarismo irredento de Netanyahu.

No todos los políticos israelíes son tan intransigentes. Ehud Barak  antes de ser Primer Ministro por el laborismo  fue Teniente General y Comandante en Jefe del Ejército. Como comando entró en el Líbano disfrazado de mujer infiltrándose en las organizaciones terroristas, y participó en la “Operación Entebbe” rescatando a ciudadanos israelíes secuestrados en Uganda mediante un legendario golpe   aerotransportado, es el soldado más condecorado de la historia de Israel y licenciado en física y matemáticas por la Universidad Hebrea de Jerusalén y además en sistemas ingeniero-económicos por la Universidad de Stamford en Palo Alto de California. No es un militarote. En el año 2000  Bill Clinton lo convenció  junto a Yasser Arafat para acudir a Camp David  en lo que fue el mayor acercamiento a la paz entre ambas partes. Las fronteras estaban delimitadas de Cisjordania, localizados y repartidos los pozos de agua, establecidas cuotas de inmigración palestina y prometidas ayudas internacionales al estado emergente. De esto sabe mucho el ministro Moratinos que fue protagonista colateral. Los informativos televisivos ofrecían las imágenes de Barak y Arafat  abrazándose para cederse el paso ante la puerta del pabellón de caza mientras Clinton, el anfitrión, se mataba de la risa como puede. Arafat había “firmado” verbalmente pero al llegar a Gaza no se atrevió a formalizar el acuerdo ante el extremismo de sus socios. Poe eso no se sabe si murió de muerte natural o fue envenenado. Hasta el Príncipe Bandar de Arabia Saudí, veedor de aquellos encuentros y para nada de sospechoso de pro israelismo acusó a Arafat de haber roto una ocasión de paz que, como vemos, tardará mucho en repetirse. Ahora quién tiene miedo es la Jerusalén judía.

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