Casi tuve un accidente por
la risa cuando en la ruta escuché el
adelanto electoral. Por supuesto que el 20 de Noviembre es una fecha como otra
cualquiera, pero también podría haber sido el 19 o el 21, pero tenía que ser el
aniversario de la muerte de Franco, que no era un demócrata, y del fusilamiento
de José Antonio Primo de Rivera que estimaba que el mejor destino de las urnas
era el de ser rotas. Supongo que no llegará a tanto, pero no sorprendería que
instalara la Junta Electoral Central en la Abadía de Cuelgamuros, en el Valle
de los Caídos. Genio y figura hasta la sepultura. No es preciso enviar a un
psicoanalista a La Moncloa para analizar al inquilino, ni temer el juicio de
intenciones: ha fechado la elección para seguir matando a Franco, ésta vez a
votos. El exorcismo una lírica venganza blanca contra los que fusilaron al
abuelo. El Síndrome de la Memoria Histórica no podía faltar en éste trance.
Éste caballero no tiene grandeza ni de para
irse y se sumerge en sus tiquismiquis y fantasmas personales. Si la decisión la
tenía tomada hace tiempo bien podría haberla ejecutado sin esperar a que llegue
el invierno. Pero no es verdad. Hasta el último momento ha intentado completar
su segunda legislatura porque cree que el adelanto disminuiría su estatura de
gran timonel. Ha terminado torciendo el brazo por las presiones económicas,
nacionales e internacionales y las de su propio partido al que no le llega la
camisa al cuerpo. Marcharse, como Adolfo Suárez, o anticipar las elecciones
sabiendo que se van a perder, como Leopoldo Calvo Sotelo, no es un baldón, es
profundizar la democracia por encima de los plazos legales y el reglamentismo,
pero sólo está al alcance de espíritus un poco más dúctiles que el de Zapatero.
Aduce que su Gobierno culminará las reformas económicas. Afortunadamente el
fantasmal consejo de ministros no hará nada porque ni sabe, ni quiere ni se
atreve a hacerlo. Y afirma el perillán
que éste es el momento porque se atempera la crisis, cuando estamos en
vilo sin saber si EEUU va a declararse en suspensión de pagos, suceso que
despertaría la expectación planetaria de Leire Pajín. No quedan unos meses sino
algunos años de duelos y quebrantos. Zapatero se gastó la primera legislatura en juegos florales de ingeniería social para
convertir un minero de León en escandinavo. El segundo mandato lo invirtió en ignorar el crash financiero
mundial, y no creo que nos mintiera como
en las últimas elecciones, sino que las tres tardes de Economía de Jordi
Sevilla, no le sirvieron para diferenciar el Debe del Haber. Como le escupió al bueno de Ramón
Tamames, que está a su izquierda, los economistas son unos charlatanes. á a su
izquierda, los economistas son unos charlatanes. Lo más desagradable de la
ignorancia es que potencia la soberbia, la autoestima y la egolatría. Si cumple con su retirada de la política ocupará
un lugar principal en el santoral de la progresía más insustancial, que no es
poco. No se le recordará con gran enemistad como suponen sus jenízaros, porque
el olvido será clemente con él. Que tenga la humildad de estudiar y que le vaya
bien en León. Nunca tantos le debemos
menos a un solo hombre. Truman, el camisero de Missouri, atomizó al Japón pero
la Prensa estadounidense coincidió en que con su magistratura quedaba
demostrado que cualquiera podía ser Presidente de EEUU.
No hay comentarios:
Publicar un comentario