Con la ayuda políticamente remunerada de nacionalistas vascos y
canarios el Gobierno ha suprimido la subvención de 426 euros a los parados de
larga duración sin ningún tipo de prestación social. Que “Caritas “
vaya ampliando sus comedores para éste colectivo que no está muerto sino
mal enterrado. No sólo es un raspón en el déficit, sino la prueba del talante
de la señora Salgado y de su jefe. Mi querido amigo Jerónimo Saavedra, ex
ministro de Cultura y alcalde de Las Palmas, se ha indignado con el ahorro de
estos euros aunque lo haya aprobado el
Gobierno de su partido. Dice Zapatero que el desempleo no le deja dormir; será
por eso que parece padecer narcolepsia y se está inyectando Valium
en vena para despejarse. Que los ex altos cargos se ajusten a los 426.
Este recorte debe ser el preámbulo de la eutanasia.
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