21/12/10

CUBA SE MUEVE (21-12-2010)

Lo que hace 50 años se definió encomiásticamente como “Huracán sobre el azúcar” es hoy una isla a la deriva. Ese “O rectificamos o nos hundimos “de Raúl Castro confirma los análisis sobre la revolución en la revolución cubana. Raúl es Presidente,  ministro de Defensa e Interior. Es un orador detestable, sovietísta, dipsómano, más anti-estadounidense que su   hermano,  pero lo suficientemente listo como para sobrevivir a Fidel, y amo de las Fuerzas Armadas, la Policía y la Inteligencia, supliendo  su falta de carisma con el fusilamiento del general Arnaldo Ochoa, querido, popular  y héroe de las guerras africanas. El Ejército nunca encabezó la represión y se estima que es  el apto para tutelar los cambios. Raúl lo acaba de confirmar. Otro párrafo de su discurso insólito confirma las predicciones: la salida es a la vietnamita: preeminencia del Partido Comunista pero con Embajada estadounidense, “Coca-Cola”, turismo y pequeñas parcelas de cuentapropistas. La criba que está haciendo en el funcionariado no se atreve a hacerla ni Zapatero y solo es posible con las bayonetas bien sujetas. Pierdan toda esperanza   los que quieran ver el espejismo de una primavera de La Habana. No hay posibilidad de revuelta interior ni de conciliación con el exilio. Para cambiarse a sí mismo  el régimen necesita endurecerse  aunque también mejorar su política de derechos humanos, a lo que le ayuda la Iglesia y no Trinidad Jiménez. Ni liberación de presos de conciencia, ni libertades civiles, ni urnas, pero Cuba manotea para  no hundirse.

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