18/12/10

ARROZ A LA CUBANA (18-12-2010)

El diario “ Arriba “, órgano del Movimiento  Nacional, dirigido  el 1 de Enero de 1959 por el buen periodista y mejor falangista “ de izquierdas “, Rodrigo Royo,  celebró sonoramente la entrada de Fidel Castro en La Habana.  Mucho antes de la Ley Helms-Burton  Franco mantuvo el puente aéreo de “ Iberia “ con la isla y calló ante la depredación de los bienes españoles por un romántico guerrillero devenido en dictador comunista quién  llegó a expropiar hasta la estancia de su padre. El síndrome de  “ El  Maine “ pesaba sobre el general que  nunca tuvo  simpatías por EEUU, tal como la derecha y la izquierda españolas juntas. Aquí la pícara opereta  antiimperialista siempre ha gustado mucho a todos. Manuel Fraga recibió en Galicia al barbudo  como hijo pródigo y Felipe González con sus ministros se solazó con las mulatas de   “Tropicana “. A Adolfo Suárez,  Castro le quiso pagar la deuda por indemnizaciones con una partida de retretes de loza, y hoy Zapatero hace “ lobby ”  castrista en la Unión Europea. L a reacción hostil  de representantes socialistas al Premio Sajarov  a Guillermo Farías es de gran mezquindad    pero sólo resoluble en el diván del psicoanalista  que nos trate un complejo que confunde  el arroz a la cubana con la paella. La cura está en entender que la monarquía caribeña equivale a la dinastía de Kim en Corea del Norte. Nos comportamos con Cuba como ex metrópoli  llorosa por la pérdida, y el sentimentalismo empaña a Abel  Matutes  o a Trinidad Jiménez. La Habana  es un absceso como Pyongyan. Los Castro nos tienen cogidos  hipnóticamente por las gónadas de Leire Pajín.

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