A los hombres con talante ( el Comandante Daniel Ortega) Felipe González les llama huevones. Su
alejamiento de Zapatero es ríspido, como subraya Mariano Rajoy. FG es poliédrico y puede ser duro en el trato.
Le he visto abroncar a los gritos a un Secretario de Estado, ante visitas. O
golpear una ventana que Carmen Romero se
empecinaba mantener abierta pese al frío que empeoraba su afonía. En 1996 no se
resignaba a perder, pese al tormentón, y
llamó a Jordi García Candau, director de
RTVE:” Si me ayudas acabo con el del bigote ”. Ya en la primera legislatura de
ZP le pidió un almuerzo en Doñana, en el supuesto que sería íntimo. Lo rodeó de
militantes y simpatizantes, impidiendo cualquier confidencia.” Sólo le faltó convidar a los guardabosques” .Felipe
rompió con Marx, desanudó lazos con Nicolás Redondo, que le aupó con su
ausencia al poder socialista, y se alejó de Alfonso Guerra que había sido su
cocinero, y procuran no encontrarse. Sobre ZP no es tan explícito como Joaquín
Leguina, pero destila el desconcierto y
el temor que florecen en el PSOE. Habla con mucha gente y ésta entiende que
Zapatero está siendo nefasto para España y el partido, y se cree un Mesías de
una nueva sociedad. Prolongar las agonías no es del gusto del amigo del doctor
Montes. Su mejor servicio a la nación será jubilarse doradamente, estudiar
Ecomía e idiomas y terminar la casa de León. Es como el chino del relato de
Charles Lamb que quemó la casa para asar un cerdo. Si ZP fuera caribeño habrían
bautizado con su nombre a un tornado. Lo siento por los buenos socialistas.
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