La educación mixta fue un
avance pedagógico cuando el feminismo ovárico impuso el concepto de cerebro
unisex, idéntico en funciones entre hombres y mujeres. Los últimos y más
avanzados estudios empíricos demuestran que sí, pero que no. Los dos cerebros
son muy desiguales sin que en ello intervenga su diferente peso. Los sexos
cerebrales logran los mismos objetivos
pero siguen caminos distintos, utilizando la mujer rutas más largas y complicadas, con
más interconexiones neuronales en los
lóbulos frontales, que el varón. El cerebro femenino es más elaborado. Esto no
sólo se sabe sino que se ve en la resonancia nuclear magnética. El cerebro de
la mujer es preeminente, y durante las
primeras semanas de gestación es
exclusivamente femenino hasta que una aleatoria inundación de testosterona lo
masculinice. Las chicas son más escrutadoras y analíticas que los chicos, al
menos hasta la pubertad. Tal es así que los países nórdicos, punteros en
enseñanza, han detenido la tendencia a la educación mixta en el temor que las
hembras superen en aprendizaje a los varones, en perjuicio del equilibrio
educativo. Mostrencamente el proyecto de Ley de Igualdad de Trato y no
Discriminación ( Leire más Bibí ) establece retirar las subvenciones públicas a los colegios con separación de
sexos. Ni un argumento científico, neurológico,
pedagógico, sino un toque de de pandereta sexista. ¿ Discriminarán también los elitista colegios sólo para
señoritas de alta sociedad, forzando la entrada de señoritos ?. Las dos
citadas damas acabarán con el Tocador de
Señoras. Por machista.
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