31/1/11

CAE EL OTRO MURO (31-1-2011)

Ni la Stasi de Markus Wolf, un periodista reciclado, previó la caída del muro de Berlín. Ningún servicio de inteligencia discernió que un joven vendedor ambulante tunecino incendiara, suicidándose a lo bonzo, la cornisa pobre del Mediterráneo. El Magreb, el otro muro de contención frente al balneario europeo, y que se está desmontando por ladrillos. El cinismo, la hipocresía y el fariseísmo  de Europa, EEUU y, subsidiariamente,  Israel y Jordania, han conducido al mayor error de apreciación desde la carga de la Brigada Ligera en Balaklava.  Por contener a los Hermanos Musulmanes de Egipto y sostener el reconocimiento israelí, Barak fue mimado  y armado por Occidente. El tunecino Ben Alí era protegido de la  metrópoli francesa. A Hussein padre de Abdala de Jordania se le perdonó el setiembre negro, genocidio  palestino. Cuando el argelino Bouteflika anuló las elecciones ganadas  por el fundamentalista GIA, miramos para otro lado porque olía mucho a gas. Cuando Marruecos nos escupe decimos que llueve, porque la teocracia respaldada por Francia y EEUU es una zanja contra el fundamentalismo. Mauritania, en el borde de Al Qaeda del Sahel,  es una timba de chusqueros que reciben dinero de bolsillo y aviones gratis. Recetarles democracia, cuando por décadas les hemos prescripto satrapías y violación de derechos humanos como pecado venial, es propio de la duermevela  occidental, anestesiada, que no advierte que la caída  de éste otro muro, abre un explosivo teatro de conflictos en las narices  de la más exhibicionista  prosperidad.

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