El fiscal anticorrupción Horrach tilda de “conspiranoico” a su
amigo el juez de instrucción Castro a cuenta de diferencias de infantado. La
conspiración, la trama, la conjura, hasta la utilización criminal de los idus
de marzo, han degenerado entre nosotros hasta su utilización como utensilios de
cocina en reyerta de fogoneros. La teoría de la conspiración la utilizamos para
desmontar los argumentos del adversario y hasta para disimular los hechos,
convirtiendo la definición en descalificación. Desde los sumerios, miles de
años ante de Cristo, la historia de la civilización es un rosario de
conspiraciones, pero convengamos en que lo del barrio burgalés de Gamonal es
solo un malentendido entre vecinos y munícipes, electores y electos. Aún siendo
así podríamos convenir en que los sucesos de Burgos son muy raros. Refaccionar
y levantar un barrio popular deprimido como Gamonal es vieja aspiración de sus
pobladores, el PP y el PSOE. Los 50.000-60.000 “gamonalenses” han votado en un
aproximado 80% al PP, que incluía en su programa (como los socialistas) un
bulevar que aireara, modernizara y aportara valor añadido al barrio. Sin
trampas especulativas, ni
expropiaciones, ni deshaucios, ni derribo de edificios. Una operación
urbanística de amplia mayoría municipal y electoral que, como todos los
bulevares, solo da para la discusión sobre el tráfico y los estacionamientos.
De lo escuchado y leído se colige que una minoría de vecinos (manifestaciones
de dos mil personas, asistidas por unas decenas de jóvenes profesionales de la
insurgencia) quieren, lógicamente, un parque de guarderías. Pues financiar eso
no será como la ampliación del canal de Panamá, hoy en litigio. La segunda y
última reclamación consiste en
garantizar suficiente estacionamiento gratuito para la vecindad,
problema de metros cuadrados aéreos o subterráneos, que no ha de calcular el
marxismo-leninísmo urbanístico de Lucio Costa (Brasilia) sino un estadístico y
que no constituirá una obra de egípcios o romanos. ¿Y por estos diferendos de
planos y despachos casi le ponen fuego a Gamonal, emerge el banderío
republicano y se habla de revolución?. Nunca había caído tan bajo (espesamente
municipal) la magnificada toma de la
Bastilla, que solo aherrojaba a siete presos comunes. De la Revolución Francesa
al asalto de un aparcamiento. La expansión de la mancha de aceite por la
capilaridad de las redes sociales obliga a dudar entre Gamonal o “Germinal” de
Emilio Zola. Un pretexto para forzar el nacimiento de otra cosa.
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