El centro de la ciudad de
Lima es sencillamente intransitable y hasta de peligroso paso, por más que el
viandante aporte colgajos de identificación, brazaletes de "Prensa" y
demás alifafes al uso en estas celebraciones suramericanas. El atentado del
miércoles contra el Ministerio del Interior ha terminado de forzar un
dispositivo de seguridad por el que Lima ha quedado cortada literalmente en
dos.Es necesario bordear su centro histórico -cortado al tráfico de vehículos y
personas- para acceder desde las zonas residenciales a la zona comercial. Los
grandes hoteles como el Crillón, donde se encuentra el centro de Prensa
internacional, son bunkers inexpugnables e inaccesibles al
público común.
El centro de Lima es un
desierto por el que puede circularse con el brazalete de "Prensa" en
la manga esquivando los ululantes automóviles oficiales y sus escoltas, que a
toda velocidad llevan a sus ocupantes a sus alojamientos. Las calles de la
capital peruana permanecen tomadas por efectivos militares, que actúan sin
contemplación.
El general del Aire y
presidente del comando conjunto, César Enrico Praeli, admitió el viernes que no
se descartaba la posibilidad de terroristas infiltrados dentro de la policía y
de las propias fuerzas armadas, y que, en consecuencia, no podía garantizar una
total seguridad en el proceso de transmisión de poderes de hoy.
Fuerzas policiales visitaron
el viernes los principales centros públicos de la ciudad para prevenirles de un
hipotético atentado terrorista para la noche de ayer.
Amnistía
El presidente electo, Alan
García, formulará en su discurso al Congreso un proyecto de ley de amnistía con
el que desea significar el comienzo de su mandato. La amnistía beneficiará a
los condenados por injurias, desacato, huelgas ilegales, autores de lesiones
graves y terroristas que no hayan causado muertes ni hayan actuado con "crueldad
o perversidad".
Un destacado senador
aprista, Valle Riestra, destacó ayer que "vamos a desarrollar una política
de derechos humanos, democrática, inteligente, y de amnistía; la respuesta a la
subversión no va a ser ni la pena de muerte ni la metralleta, porqu . e esa
política sólo ha originado el incremento del terrorismo".
Las escasas delegaciones
internacionales -sólo seis jefes de Estado- ya han llegado a Lima, y la Prensa
destaca, recogiendo informaciones provenientes de España, el crucero de placer de
Felipe González a bordo del yate Azor.
Tardará bastante aquí en borrarse el resquemor no sólo oficial, sino también
popular, por la ausencia del presidente español en los actos de toma de
posesión de su amigo y, de alguna manera, correligionario Alan García.
No hay comentarios:
Publicar un comentario