31/7/85

Alan García estrena su mandato con dos días de cierre bancario para controlar los cambios (31-7-1985)

El nuevo Gobierno peruano decretó ayer un cierre bancario de dos días de duración "para facilitar la aplicación ordenada del programa económico". No se espera ninguna decisión financiera espectacular, que, en cualquier caso, debería haberse anunciado ya para que surtiera efecto al cierre de bancos y agencias de cambio. Se coincide en estimar que el feriado bancario obedece al intento de solidarizar la economía peruana y propiciar un estricto control de cambios.

El presidente peruano, Alan García, en su mensaje de toma de posesión, se refirió ampliamente "a la divisa del capitalismo mundial que ha inundado nuestra economía (...); en adelante la economía, los salarios y las ganancias serán medidos en moneda nacional y no en moneda extranjera (...); se hace ímperativo controlar nuestras transacciones con el exterior, rescindiendo el uso de la escasa moneda extranjera a las necesidades indispensables del país y sus mayorías".El sol peruano fue sustituido recientemente, bajo el Gobierno de Fernando Belaúnde, por el inti (sol, en quechua), con tres ceros menos, pero una inflación superior al 200% anual ha ido consolidando el dólar estadounidense como moneda corriente que se compra y se vende en cualquier esquina del centro de Lima. El cierre bancario era necesario para evitar retiradas masivas de depósito en moneda extranjera.

Con esta medida inicia su trabajo el nuevo Gobierno peruano y terminan unos excesos agotadores, que han durado tres días, para aliviar el aislamiento policial en que asumió el APRA el poder.

Jura pública

Alan García hizo jurar a los miembros de su Gabinete, uno a uno, desde el balcón del palacio de Pizarro ante un grupo de fervorosos partidarios; contemplar la parada militar fue posible, aunque sólo con las manos libres de objetos, y tras permitir el registro de hasta los zapatos y calcetines.Cuando marchaba de pie en coche descubierto camino de la tribuna militar, alguien se refirió a gritos al chaleco antibalas de Alan García; éste, en otro gesto que le caracteriza, abrió su chaqueta cruzada y mostró a las gentes su pecho libre de resguardos.

En la noche del lunes, Alan García y su esposa Cristina abrieron tres salones del palacio de Pizarro para recibir a dirigentes y miembros de base de las asociaciones de vecinos, sindicatos, organizaciones de vendedores ambulantes, líderes de poblados jóvenes y otros representantes eminentemente populares que jamás habían soñado pisar el palacio presidencial.

Finalmente, Alan García y su ministro de Asuntos Exteriores, Alan Wagner, acaso con excesivo voluntarismo y solemnidad, lograron aprovechar la presencia de mandatarios extranjeros para convocar a una reunión del Consejo Andino dentro de 70 días que procure impulsar la apagada integración subregional; también acordaron la firma de unaDeclaración de Lima, suscrita por representantes de 20 países latinoamericanos, en procura de la integración continental, apoyo al Grupo de Contadora, respaldo a Argentina en su contencioso con el Reino Unido y reducción de armamentos.

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