Internos en un colegio
masculino, los pre- púberes escribíamos ciencia-ficción en el cuerpo de las chicas- aquellos chicos
tan raros-. Cruzábamos un desierto sin
oasis, dromedarios ni tuareg. El más
listo de la clase, que era un cientificista además de ser un hábil deductivo, nos
convenció que la fecundación era consecuencia de miccionar en el interior de la vagina, desconociendo,
por ejemplo, que las vías seminales,
sólo se abren cuando se cierran los conductos urinarios. Pero eso era lo
de menos cuando buscábamos el clítoris en el diccionario y la leyenda del punto
G lo situábamos algo más allá de la
geometría euclidiana. Tiempos de silencio del psiquiatra Luis Fernández Santos que hubiera sido Felipe González de no
adelantarse al cambio rasante. Intelectuales de pantalón corto dimos con “El
miedo a la libertad” de Erich Froom, que sigue siendo recomendable, y sufrimos
un siniestro total con “La función del orgasmo” de Wilhem Reich. El orate
arguía haber aislado “ el orgón “ como
unidad sexual, y armando una máquina de
“orgones”, consiguiéndolos hasta con una manivela; antes de morir- loco- tras intentar a demenciar a varias generaciones de adolescentes
españoles. Por eso postulo la precoz
educación sexual en sus familias y en
las escuelas. Por eso postulo la pronta
educación sexual en los colegios y en la familia. Pero hay algunos ministros
de éste gabinete que desean imponer la pedofilia educativa y el
voyeurismo. Llevar la asignatura sexual a los infantes de tres años desvela el psicoanálisis de los ministros Ángel
Gabilondo y de Trinidad Jiménez
Villarejo, creo que necesitados de bromuro en el agua mineral, como también los
ministros económicos necesitan “la Viagra” para intentar enderezar sus cuentas en una disfunción total. Bibi
Aído, creo que habrá ultimado los
detalles de su mapa del clítoris y ya
podremos recorrer ése Sahel, como
cooperantes, con seguro de rescate.
Llevamos dos legislaturas buscando el sexo de los ángeles y aumentando los
embarazos no deseados. Mucho mejor la
ignorancia porque al final ella nos enseñan.
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