Los controladores aéreos
han decidido volar bajo y no hacer huelga durante el mes de Agosto en atención
a viajeros y hoteleros. Algún daño ya está hecho porque a un país con ochenta
millones de camas turísticas no se le agita el tráfico aéreo sin consecuencias,
y operadores ingleses y alemanes ya han desviado sus clientes a Turquía, Túnez
y Marruecos, no saliendo de pobres porque la mujer de Obama venga a Marbella.
El comité de éste gremio ha sido inteligente porque teniendo “placet “ de huelga de los trabajadores la han
quitado del verano ante la degradación de su imagen que los haría tan poco respetables como los
maquinistas del Metro madrileño. La benevolencia de los controladores es
engañosa. Nunca han ido a la huelga pero se han pasado año agotando todos los
trucos para retrasar vuelos hasta cancelarlos y todo ello sin sufrir alifafes
estresantes. Han decidido volar bajo pero no en vuelo rasante. Seguirán
peleando por una media superior a 200.000 euros anuales y menos horas de
trabajo.
Comentan que éste paréntesis es una
victoria de José Blanco t la empresa. Nunca conviene alardear ni dejar vencidos
en las torres de control. AENA con el ministerio de Fomento, haciendo de primo
de Zumosol, han estado cinco meses perdiendo el tiempo, levantándose
y sentándose en la mesa de negociaciones, y el ministro-vicesecretario socialista no ha
querido mancharse con los reclamantes dándose
a una teoría jaque de amenazas por demostrar que a chulo no le gana
nadie y el que le reta un pulso lo pierde. ¿ Dónde está el Consejo Económico
Social ?. Porque aquí nadie ha resuelto nada y habiéndosele violado su convenio
colectivo los controladores podrían acudir a los Tribunales. Se salva Agosto
pero la negociación está podrida. ¿No será el momento sensato de un laudo que
obligue a las dos partes ? .
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