1/8/10

EL MARIDO DE LA VACA (1-8-2010)

Canarias es otra cosa porque  no crían ganado bravo;  el transporte desde la Península es complicado,  bastante caro y carecen de afición por la tauromaquia. Pero de entre los muchos problemas que tiene el archipiélago atlántico, como un desempleo desesperante, no figura  la melancolía de la identidad nacional. Un ministro de Franco al despedirse de una visita oficial a las Islas  les prometió que llevaría las aspiraciones canarias a España. Los periódicos,  a pesar de la censura, lo pusieron como no digan Dueñas. Un abogado tronado, Antonio Cubillo, organizó con cuatro guanches terroristas el Movimiento Para la Independencia del Archipiélago Canario ( MPAIAC ) financiado por Argelia,  y los Servicios franquistas le dejaron parapléjico tras un atentado cochambroso a cuchillo. Y no hubo nada.   En Argentina, Uruguay y Brasil,  por influencia del Estado de Rio Grande Do Sul,  está prohibido el toreo por la buena lógica  que no  juega con las cosas de comer y las exportaciones. Aún así en las Pampas el gauchaje organiza de vez en cuando una capea con un novillo hasta que llega la Policía Caminera y les decomisa  hasta las espuelas. Por el contrario México convertido en un narcoestado donde todo es posible haría falta otra revolución para poder suprimir los toros, arraigados  por siglos en Hispanoamérica, Francia, España, y Portugal, entrando ahora en los Emiratos Á rabes.

Creo en la buena fe de los defensores del derecho animal, pero en Cataluña sólo han sido el escabel al que se han subido diputados autonómicos a quienes les importa un adarme la suerte del marido de la vaca. No han prohibido otras prácticas torturantes que se festejan con las reses en pueblos catalanes,  y los supongo vegetarianos. ¿Por qué no se preguntan  qué ha pasado antes con el filete que llega a su plato  desamparando políticamente a las vacas de carne?.  Antes de degustar la butifarra,  deberíamos recrear en nuestra mente los horripilantes chillidos del cerdo cuando le llega su San Martín. Hay mucha hipocresía hasta en quienes profesan amor a las bestias,   pero el veto catalanista al toreo no es más que continuar pasando la lija al castellano, a las competencias del Estado, al tricornio de la Guardia Civil, a la bandera nacional o al acueducto de Segovia, cualquier cosa que recuerde a la  España secular. Es el gota a gota, que predicaba el ex presidente José María Aznar y va calando como lluvia fina (  el calabobos ) para llenar el estanque de una nación sin Estado aunque luego ése Estado carezca de nación. Por eso los catalanistas estudian tanto el nacimiento de Israel y se interesan por la suerte del pueblo saharaui o las Islas Feroe.   El marido de la vaca ha sido apuntillado, y parafraseando lo escrito en el dintel del infierno de Dante, perder toda esperanza que el PSOE se sume al PP para votar una ley estatal que preserve las corridas de toro.  Rodríguez Zapatero ni siquiera tiene perro y el rabo de toro sólo le gusta muy hecho. El legítimo Parlamento catalán no puede tomarse en serio. Prohibirán la jota por extranjerizante y para alzaprimar la sardana. Se han convertido en la escopeta nacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario