10/8/10

MULTAS CAÍDAS (10-8-2010)

Mantengo tenues lazos biológicos con la Guardia Civil. Mi abuelo paterno fue sargento y mi padre con mis tíos nacieron en el gran acuartelamiento del Paseo de las Delicias ante cuyas letrinas rezaba un cartel: “ En  este santo lugar/ donde habita tanta gente/ hace fuerza el más cobarde/ y se caga el más valiente. Humor escatológico  que humaniza un Cuerpo enlodazado por una literatura inclemente, al que se atribuía el lema de:    “ Paso corto y mala leche” y una enemiga morbosa hacia los gitanos, y siempre al servicio de prósperos hacendados. Siguiendo las enseñanzas del Duque de Ahumada, el conjunto de la Benemérita siempre fue constitucional y hasta gubernamental. Entre el 18 y 19 de Julio de 1936, la Guardia Civil acabó con la doble subversión de Barcelona devolviéndola a las autoridades autonómicas y republicanas y los tricornios se dividieron en dos bandos hasta el punto que acabada la guerra, Franco tuvo en la mesa el decreto que disolvía al Cuerpo, intención que volvió a murmurarse tras la patochada de Tejero. Me han multado abusivamente dos veces en la carretera  incluso en una de ellas era por circular a velocidad moderada por el carril derecho y advertí en la cortesía forzada de los guardias civiles que me estaban sancionando para hacer caja. Es infamante para estos servidores con condición militar someterles al apetito recaudatorio del Ministerio del Interior y remunerarles más por una sanción onerosa que el auxilio a unas víctimas,  para,  luego no reponerles a tiempo sus uniformes. Las multas de tráfico son otro impuesto. Es simpática ésta huelga de bolígrafos caídos por infracciones ancilares o dudosas ante los atropellos de los servicios  públicos   de transportes durante el verano. Sólo molestan a los políticos y me reconcilian con mis ancestros.

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