Campos de amapolas, opio,
heroína, territorio lunar, usos y costumbres religiosas que no están en el
Corán, lapidación, burka, expulsión de
las niñas de las escuelas, mutilación de orejas y narices, empleo de ácidos
corrosivos para rociar en los rostros, furor bélico, conocimientos de armas
sofisticadas, gracias a la CIA, tribalismo cainita sólo restañado por la
xenofobia que es la ponzoña del patriotismo.
Los dos generales estadounidenses con mando global, coinciden en que la
guerra de Afganistán es aza incierta. Quienes dinamitaron los Budas de Samiyán,
que les miraban impávidos desde hace siglos, poseen una barbarie subatómica
pero no menos letal. Antes de Cristo los macedonios de Alejandro Magno
conocieron el agujero del infierno. Tuvimos mínimas bajas en la Guerra del Golfo ( González )y en
la segunda a Irak ( Aznar ) y ahora la sangría afgana es el conflicto escondido
del presidente Rodríguez Zapatero. No participamos en una guerra sino en “una misión de paz “ como si fuéramos una ONG
o la Cruz Roja. Mentira. Cubrimos un perímetro en el norte pacificado y
nuestros aliados nos reprochan que no hacemos
expediciones ni patrullas. Mentira. Los pastunes talibanes aterrorizan Kabul a satisfacción. Los
talibán no llevan un sello de fuego en
la frente y hace unas semanas uno de
ellos, asistente, asesinó en un cuartel a un joven británico de los gurkas
nepalíes. ¿ Ignora el gobierno de ZP que los afganos no necesitan ser
instruidos en el manejo de las armas ?.
¿ Qué charada bienintencionada
estamos representados allí ?. Hasta las tribus de la Alianza del Norte se
alinean con los pastunes cuando los talibán asienten su poder. La guerra de
Zapatero no es de utilería y miente gravemente a la nación con el repetido
mensaje subnormal que hasta nuestra Guardia Civil está en Kabul para enseñar a
regular el tráfico. Y matamos civiles.
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