Magistrados y jueces están
metidos en un jardín dilucidando si es más punible que un marido le pegue un
tiro a su esposa o si la agresión que se propinan es equitativa. Entre las
disímiles sentencias sobre hechos gemelos
los hay que consideran que bajo determinadas circunstancias acuchillar a
la mujer no supone dominación machista,
situación que sólo se entiende si al matricida le sirvieron la sopa fría, gran
eximente para algunos. De todas las arbitrariedades de la legislación
franquista sólo se salva aquello de lo que se llamaba “ desprecio de sexo “ que
ponía más caro matar a una mujer que a un hombre. Ésta discriminación
positiva no es del magín de Bibiana Aído
sino que tiene data secular. “ Las
mujeres y los niños primero “ es un grito que se pierde en la bruma de los
desastres. La consigna no obedece a debilidad de féminas e infantes sino al
impulso inconsciente de preservar biológicamente el futuro. Solano-López,
dictador y mariscal paraguayo, atacó a Brasil, Argentina y Uruguay, muriendo
hasta los paraguayos impúberes. La población guaraní, superviviente de esa
guerra, recorrieron el país buscando “
fecundadoras “ y consiguieron repoblar a su país. La inversa hubiera sido
imposible. La mujer no sólo tiene un aparato genital insustituible, Totem y Tabú, sino que sus circuitos
hormonales y cerebrales tienden siempre
a la negociación mientras que el hombre, inundado de testosterona, es proclive
a la violencia. Existen “ viudas negras
“ y “calzonazos “pero hay que poner un listón protegiendo al género femenino
menos dado al crimen. La idea de poseer una mujer como se posee un papagayo es
una tiranía derivada de la fuerza bruta
y no del derecho. Además, ya se sabe: “ nunca hieras a una mujer ni con el pétalo de una
rosa “. Por cierto asesinar a tu pareja homosexual ¿ es esto
violencia de género?.
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